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El Piedemonte Madrileño II: Climatología

Mapa

En el mapa se pueden ver los humedales del piedemonte de la Sierra de Guadarrama en su sector más occidental. Se pueden filtrar los datos por una clasificación de 25 grupos de lagunas y humedales. Pinchando en cada una de ellas se accede a información sobre su grupo, número, superficie y nombre si tienen.

Artículos

Esta serie del Piedemonte Madrileño se compone de 3 artículos:

Introducción y Metodología

Material y Métodos

Para este capítulo de climatología del piedemonte madrileño se ha utilizado la misma metodología aplicada al estudio del Clima del Sistema Central, la cual se explica en dicho artículo. Esta consiste básicamente en el análisis de cientos de estaciones meteorológicas, la homogeneización de sus series climáticas y la interpolación de los resultados a todo el área de estudio.

Los resultados se muestran en forma de mapas de temperatura y precipitación, y datos en forma de tablas o climogramas de los distintos puntos de referencia. Casi todos estos puntos coinciden con estaciones meteorológicas que existen o han existido en el pasado y cuyos datos se han homogeneizado para la serie climática de 1990-2019 (ambos incluidos). Sin embargo, algunos de ellos (Abantos, Almenara, Chapinería, El Estepar, Las Machotas, Puerto de La Paradilla, Puerto de Malagón y San Benito) corresponden a los datos de sus coordenadas obtenidos tras la elaboración de los mapas por extracción de variables.

Estación Automática de Fresnedillas de la Oliva (917 m). Los datos de esta estación también han sido utilizados como recurso para el estudio
Observatorio de Meteosierra en Zarzalejo (1117 m)

Mapa de Ubicación de los Puntos de Referencia

A continuación, se muestra un mapa con la ubicación de los puntos de referencia donde se han obtenido las medias climáticas que se muestran posteriormente en forma de tablas. Los puntos se encuentran numerados del 1 al 27.

Ubicación de los puntos de referencia para los datos climáticos. Elaboración propia

El Clima del Piedemonte Madrileño

El clima se refiere a las condiciones meteorológicas que se dan en un territorio a largo plazo. Las dos variables principales que definen el clima son la precipitación y la temperatura. También existen otras como el viento, la presión, la humedad o la radiación solar.

Estas variables climáticas dependen de factores geográficos como la latitud, altitud, orientación o distancia al mar, por lo que para realizar un estudio climático es importante también conocer y analizar el relieve del territorio.

Nuestra región se encuentra en el centro de la Península Ibérica, entre el Océano Atlántico por el oeste y el Mar Mediterráneo por el este. Específicamente, el área de estudio ocupa la falda sureste de la parte más meridional de la Sierra de Guadarrama, que desciende progresivamente hasta su terminación en el Valle del Alberche y a partir de donde se inicia la Sierra de Gredos. Esta parte del Guadarrama recibe el nombre de Sierra de Malagón y tiene su máxima altitud en Cueva Valiente (1903 m).

Cueva Valiente (1903 m) desde la vertiente segoviana

Zonificación

Para explicar el clima que afecta nuestra área de estudio, podemos diferenciar cuatro zonas distintas:

  • El Llano: por debajo de los 650-700 m de altitud. Constituye la cuenca baja de los ríos Cofio, Perales y Aulencia, los dos primeros afluentes del Alberche y el último afluente del río Guadarrama.
  • La Rampa: entre los 650 y los 850 m de altitud. Zona situada en pendiente y con una orientación solana. Hace de transición entre el llano y el piedemonte.
  • El Piedemonte: entre los 850 y los 1000 m de altitud. Esta área forma la “base” de las montañas, es más o menos llana y se ve recorrida por varios arroyos poco erosionados como el Arroyo de Los Morales (La Moraleja), el Arroyo del Batán o el Arroyo Loco.
  • Las montañas: a partir de los 1000 m de altitud. Encontramos tres alineaciones principales: el cordal principal de la Sierra de Guadarrama, en el que se encuentran cumbres como Cabeza Líjar (1823 m), Abantos (1753 m), Cabeza de Barranco (1679 m) y San Benito (1626 m); el cordal del Almenara, con montañas que apenas superan los 1200 m (Cerro de Las Umbrías, 1229 m, Almenara, 1259 m); y el cordal de Las Machotas (1461 m), que es un desgastado batolito granítico disociado del cordal principal de la sierra. Por último, la Sierra de Hoyo constituye un sector de montaña aislado que llega a alcanzar una elevación de 1403 m en la cima de El Estepar.
Imagen desde el Alto del Pinar (928 m) en la que se aprecia perfectamente el final de la rampa hasta una altitud de unos 900 m, donde se ubica al resguardo la localidad de Fresnedillas de la Oliva. Al fondo destacan el San Benito (1626 m) y Las Machotas (1461 m)

Clima general

Estos diferentes relieves producen pequeñas variaciones climáticas e incluso distintos “microclimas” en la región. De manera general, el clima que ocupa nuestra área de estudio es del tipo mediterráneo, caracterizado por un verano cálido y seco, con una temporada de lluvias que abarca desde el otoño a la primavera y un período de sequía estival que puede durar entre 2 y 4 meses dependiendo de la zona.

Durante este período seco las únicas precipitaciones que se dan en la comarca son en forma de tormenta. Nuestra región, sin embargo, no es propicia para su desarrollo -como ocurre en otros sistemas montañosos como Pirineos o la Sierra de Albarracín-, por lo que las tormentas aquí suelen dejar precipitaciones débiles o fuertes chaparrones muy localizados.

Tormenta en Valdemorillo. Julio de 2012

Estudio de las Precipitaciones

En el período húmedo, que suele ocupar entre finales de septiembre y mediados de mayo, la Península Ibérica se ve atravesada por un gran número de frentes, la mayoría procedentes del Atlántico, los cuales se comportan de una manera distinta según su procedencia.

Frentes del SW

Los frentes de componente suroeste son los que dejan mayores precipitaciones. Suelen ser más usuales durante los meses de octubre y noviembre, lo que hace que estos sean los meses más lluviosos del año.

Estas masas de aire se adentran en la Península Ibérica procedentes del Océano Atlántico y vienen cargadas de humedad. La primera barrera con la que se encuentran es la alineación montañosa del Sistema Central, que supone un desnivel de más de 2000 m en algunos puntos de Gredos. Por este motivo en toda la cara sur de la cordillera la nubosidad es retenida y la precipitación se intensifica. Aunque aquí no se alcanzan los registros que se llegan a dar en la cara sur de Gredos, en el Guadarrama Occidental también se llega a importantes cantidades de precipitación que casi todos los años superan los 50-70 mm en un solo día.

Comportamiento en nuestra área de estudio

En nuestra área de estudio parte de la nubosidad penetra por la vertiente occidental del cordal del Almenara y es retenida entre el cerro de Santa Catalina (1386 m) y el San Benito, afectando los municipios de Robledo de Chavela y Valdemaqueda.

En la vertiente oriental del Almenara la nubosidad asciende más al norte hasta encontrarse con Las Machotas, produciéndose intensas lluvias en su cara sur donde se ubica la localidad de Zarzalejo.

A medida que nos desplazamos hacia el norte y este las precipitaciones van disminuyendo moderadamente. La zona de El Escorial todavía se ve bien afectada por esta masas, que sobrepasan Las Machotas (obstáculo no tan difícil de rodear) por el Puerto de la Cruz Verde (1256 m) al oeste, el Collado de Entrecabezas (1274 m) en el centro, y el piedemonte al este. Las lluvias, así, también son destacadas en la cuenca alta del Aulencia, viéndose los frentes retenidos por las paredes del Abantos.

Cara sur de Las Machotas cubiertas en otoño

Frentes del W

Las masas frontales que llevan una dirección W llegan más desgastadas a nuestra región, ya que tienen que atravesar toda la alineación montañosa de Gredos, que lleva una dirección W-E. Al llegar al Guadarrama, donde la dirección de las montañas cambia a SW-NE, la nubosidad prefiere escapar tanto por el norte como por el sur. Sin embargo, nuestra área de estudio es una excepción, ya que se encuentra muy cerca al área de influencia de los vientos del W que permiten el paso de la nubosidad a través de los puertos de La Paradilla (1343 m) y Malagón (1536 m), afectando todavía con cierta intensidad el área de El Escorial y desapareciendo ya casi por completo en el piedemonte.

San Lorenzo de El Escorial desde las cercanías del Puerto de La Paradilla. Se observa el pequeño valle del Arroyo del Batán (origen del río Aulencia).

Frentes del NW

Los frentes que proceden del NW son más comunes durante los meses invernales, y son masas de aire más frías aunque menos húmedas y que no dejan precipitaciones tan destacadas.

El Efecto Foehn

Con este componente, la nubosidad choca con la sierra por el lado opuesto a nuestra área de estudio, las laderas segovianas de San Rafael entre Cueva Valiente y el Puerto de Guadarrama. En esta ladera, de barlovento, el aire húmedo descarga la mayor parte de la precipitación y asciende enfriándose hasta superar el cordal de la sierra. Una vez pasa a la vertiente meridional, la ladera de sotavento, el aire ha perdido una gran parte de la humedad y desciende más cálido. Este fenómeno se da en todas las cordilleras del planeta y es conocido como “Efecto Foehn”. Por esta razón, la mayoría de los frentes de NW apenas dejan precipitación en nuestra área de estudio, normalmente cantidades poco destacadas unidas a un fuerte viento.

Ejemplo del Efecto Foehn que se produce con los frentes de componente NW en la Sierra de Malagón

Sin embargo, en zonas con cierta influencia norteña, cercanas a la divisoria, se pueden llegar a producir lluvias orográficas más moderadas. Este es el caso del valle de La Jarosa o el de Cuelgamuros, que sí reciben precipitaciones más intensas con este tipo de frentes.

Embalse de La Jarosa, al noroeste del área de estudio. Al fondo se levanta Cuerda Larga con cimas como la Bola del Mundo (2256 m) y La Maliciosa (2229 m)

Las Nevadas

Cabe destacar que los frentes del NW son responsables de importantes nevadas en la parte alta de la Sierra de Malagón. Sin embargo, por lo explicado anteriormente, estas nevadas no suelen avanzar mucho hacia el sur. Con frentes más potentes sí se llegan a producir nevadas más o menos copiosas entre la cara sur del Abantos y la norte de Las Machotas, donde se ubica El Escorial, e incluso llegar a la zona de Zarzalejo.

Fuerte nevada en Zarzalejo en los años 80

Otros Frentes

Frentes del S

Los frentes del S, aunque más escasos, también dejan importantes precipitaciones en la vertiente meridional del Sistema Central, afectando de manera similar las Sierra de Gredos y Guadarrama.

Frentes del E y SE

Los frentes que proceden del sureste peninsular son los responsables de las mayores nevadas en toda la submeseta sur y el piedemonte madrileño, como ocurrió con Filomena en enero de 2021. Esto se debe a que las borrascas se adentran tierra adentro sin encontrarse con ningún obstáculo montañoso hasta llegar a la cara sureste de la Sierra de Guadarrama, donde son retenidos y descargan buena parte de la precipitación. Son quizás el tipo de componente menos habitual.

Jardín meteorológico de Fresnedillas tras la nevada de Filomena. En el momento de máximo espesor la pértiga llegó a marcar 40 cm de nieve
El Abantos y El Escorial nevados los días posteriores a Filomena

Resumen de las Precipitaciones

En nuestra área de estudio las precipitaciones oscilan entre por debajo de los 400 mm en el llano, los 400-500 m en la rampa, los 600-800 mm en el piedemonte y los más de 700-800 mm en la sierra, con valores máximos que superan los 1000 mm en las cumbres más elevadas. La sequía supera los 4 meses en zonas bajas, 3 en zonas medias y se limita a 2 (julio y agosto) en zonas altas.

Los días de precipitación varían entre los 90 en zonas bajas hasta por encima de los 110 en zonas altas. Las nevadas, aunque cada vez más inusuales, sí adquieren cierta relevancia por encima de los 1300 m de altitud, donde se superan las 20 nevadas anuales. En las cumbres más altas se alcanzan unas 40-50 nevadas, con un manto nivoso más o menos estable durante los meses invernales. En el piedemonte apenas se producen unas 7-9 nevadas, por solo unas 3-4 en el llano, aunque en las últimas décadas este número se ha reducido drásticamente.

Tras los episodios de máximas precipitaciones es común que todos los regueros y vallejos bajen cargados de agua y los prados queden encharcados. En este caso, observamos un pequeño reguero que pasa al lado de la EMA de Fresnedillas y que solo corre en ocasiones muy puntuales
Otro ejemplo de lluvias extremas en el año 2001. En este caso lo que se ve en la imagen es la «Fuente de Beatriz» desbordada y el prado prácticamente como si fuera un río

Evolución de las precipitaciones en las últimas décadas

Un importante dato a tener en cuenta en nuestra área de estudio, así como en buena parte de la región mediterránea, es el moderado descenso de las precipitaciones que se ha producido en las últimas décadas consecuencia del cambio climático.

En la estación de AEMET más importante de la zona, la del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, la precipitación ha pasado de algo más de 900 mm anuales al principio de la serie (1946-1970) a menos de 750 mm para la serie actual (1990-2020), lo que supone una disminución de la precipitación de más de un 15%.

En una región de por sí bastante acusada por las sequías, esta pérdida de precipitación supone un efecto muy negativo tanto a nivel medioambiental, como económico y agropecuario. Las cada vez más frecuentes sequías originan una menor estacionalidad del agua de nuestras lagunas y humedales, que constituyen uno de los ecosistemas más valiosos de la región mediterránea y albergan un gran número de especies de fauna y flora.

Evolución de las precipitación en la estación de AMET del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Gráfico obtenido del Estudio Climático de la estación con indicativo 3274 de AEMET

Mapa

A continuación, se muestra un mapa de la precipitación anual en el área de estudio.

Precipitación anual en mm para el período 1990-2019 en el área de estudio. Elaboración propia

Datos

En la siguiente tabla se muestran algunas de las principales variables pluviométricas de los puntos de referencia mostrados en el primer mapa.

Variables de precipitación para el período 1990-2019 en los distintos puntos de referencia. Elaboración propia

Estudio de las Temperaturas

Factores

En cuanto a las temperaturas, estas se ven definidas principalmente por el factor de la altitud. Una estimación general es que la temperatura desciende unos 0,6ºC por cada 100 m de altitud.

A parte de la altitud, la orientación también supone un importante indicador de las temperaturas, pues las caras umbrías, orientadas al norte y este, son más frescas que las solanas, orientadas al sur y oeste. Aunque en verano esta diferencia es menos notable, en invierno, cuando el sol se encuentra más bajo, puede haber una importante diferencia entre zonas donde apenas ven el sol y otras donde el sol está pegando todo el día.

La mayor parte de nuestra área de estudio tiene una orientación SE-S, con solamente dos grandes zonas orientadas al N, la umbría de Las Machotas y la cara norte de la Sierra de Hoyo. Por el contrario, la zona de la rampa es la que tiene la orientación más solana y recibe una mayor insolación.

El último factor que determina las temperaturas de nuestra región es el fenómeno de la “Inversión Térmica”. Esta hace que en noches despejadas las masas de aire cálido asciendan y las frías desciendan, ocupando los valles y zonas húmedas como las vaguadas de los ríos y arroyos.

Por esta razón, es común que con el anticiclón invernal se registren temperaturas más bajas en el llano, donde las heladas son comunes, que en la rampa, el piedemonte o la sierra.

La nieve incrementa el factor de la inversión térmica. En la imagen vemos una inusual nevada extendida hasta el llano. Estos días se alcanzaron temperaturas inferiores a lo -10ºC en zonas bajas y cuencas de ríos y arroyos

Resumen de las Temperaturas

En nuestra área de estudio las temperaturas medias anuales superan los 15ºC en el llano, se sitúan sobre los 14-15ºC en la rampa, en torno a los 12-13ºC en el piedemonte, y por debajo de los 12ºC en la sierra. En las cumbres más altas la temperatura media llega a descender de los 8ºC.

Durante el invierno las máximas en el piedemonte se sitúan sobre los 8-10ºC, con heladas que se producen sobre todo en situaciones de movimiento atmosférico, ya que con anticiclón no se suelen producir heladas ni en el piedemonte ni en la rampa. El área donde se dan las temperaturas más bajas por inversión térmica es el valle del río Perales entre Chapinería y Quijorna, con temperaturas que casi todos los inviernos descienden de los -8ºC.

En general, estas zonas propicias para la inversión térmica registran unas 50-60 heladas anuales, por solo unas 20-30 heladas en el piedemonte y la rampa. En la sierra, las heladas se producen por advección, llegando a superarse las 80-100 heladas anuales en las cumbres.

Durante el verano las máximas en el piedemonte se sitúan de media entre los 30 y los 32ºC, con mínimas que descienden hasta unos 15-17ºC. Al haber una humedad muy baja la inversión térmica no es tan relevante como en invierno, por lo que las noches tropicales (mínimas superiores a los 20ºC) son comunes tanto en el llano, como en la rampa y el piedemonte.

Durante el verano, las altas temperaturas y la sequía hacen que se «agoste» el campo y haya una época de decandencia para el ganado y la fauna salvaje

Mapa

A continuación, se muestra un mapa de la temperatura media anual en el área de estudio.

Temperatura media anual para el período 1990-2019 en el área de estudio. Elaboración propia

Datos

En la siguiente tabla se muestran algunas de las principales variables termométricas de los puntos de referencia mostrados en el primer mapa.

Variables de temperatura para el período 1990-2019 en los distintos puntos de referencia. Elaboración propia.

Clasificación climática

Según la clasificación climática de Köppen, en nuestra área de estudio podemos encontrar tres tipos de clima:

  • BSk: clima estepario o semiárido frío. Es un tipo de clima que en las últimas décadas se está extendiendo por la Península Ibérica consecuencia del cambio climático. Se caracteriza por una temperatura media inferior a los 18ºC y una precipitación en el rango de los 200-400 mm. En nuestro territorio este clima se da exclusivamente en la zona de Chapinería.
  • Csa: clima mediterráneo de verano cálido. Caracterizado por un período de sequía estival con temperaturas medias que superan los 22ºC algún mes del año. Es el clima que se da en la mayor parte de nuestra área de estudio, desde por debajo de los 700 m de altitud en el llano hasta unos 1100 m donde empiezan las montañas.
  • Csb: clima mediterráneo oceánico. Similar al anterior pero con verano más fresco, en el cual no se alcanzan los 22ºC de media ningún mes. Se da en la parte más alta de nuestro territorio, por encima de unos 1100-1200 m de altitud. Los únicos pueblos afectados por este tipo de clima son Zarzalejo y las zonas más altas de San Lorenzo de El Escorial.
La Sierra de Hoyo, al noreste de nuestra área de estudio cuenta con un clima Csa en su base y Csb en las cumbres, donde caen uno 750-800 mm de precipitación y la temperatura media es de unos 10ºC.

Climogramas Medios

A continuación, se muestra seis climogramas representativos de nuestra área de estudio. Tres corresponden a pueblos situados a distintas altitudes: Chapinería (681 m) en el llano, El Escorial (920 m) en el piedemonte y Zarzalejo (1117 m) en la zona de transición hacia la sierra.

Por otro lado, los tres climogramas de montañas corresponden a los puntos culminantes de las principales elevaciones montañosas de nuestra área de estudio: La Almenara (1259 m), Las Machotas (1461 m) y el Abantos (1753 m).

Climograma medio de Chapinería para el período 1990-2019. Elaboración propia
Climograma medio de Zarzalejo para el período 1990-2019. Elaboración propia
Climograma medio de Las Machotas para el período 1990-2019. Elaboración propia
Climograma medio de El Escorial para el período 1990-2019. Elaboración propia
Climograma medio de La Almenara para el período 1990-2019. Elaboración propia
Climograma medio del Monte Abantos para el período 1990-2019. Elaboración propia

Pozos de Nieve

El Negocio de la Nieve

Aunque en el artículo de Glaciares de la Sierra de Guadarrama se habla más extensamente de los pozos de nieve, aquí se va a intentar especificar la importancia de estas estructuras en este sector de la Sierra de Guadarrama.

Entre los siglos XIV y XIX se dio una época conocida como la Pequeña Edad de Hielo (PEH). A lo largo de estos siglos, el clima se enfrío y los procesos glaciares se reactivaron en la Península Ibérica, con la formación de algunas masas de hielo que aún todavía sobreviven en lo más alto de los Pirineos.

Nuestras montañas, más modestas en altitud, permitieron también una mayor acumulación de la nieve hasta el punto de que el “negocio de la nieve” se convirtió en una actividad económica de relativa importancia durante los meses de verano. En esta época bajaban diariamente desde los ventisqueros carros cargados de nieve que descendían a las principales villas y ciudades, donde la nieve se vendía para ser utilizada en la conservación de alimentos, elaboración de refrescos e incluso como alivio para tratar algunas enfermedades.

Los Pozos del Abantos

En las laderas del Abantos, de apenas 1753 metros de altitud, la nieve no aguantaba tanto como en Cuerda Larga o los Montes Carpetanos. Por esta razón, en 1609 se mandaron construir unos pozos de nieve en lo más alto del Valle de Cuelgamuros, denominados como Pozos de Felipe II.

Estas estructuras consistían en una cavidad subterránea de grandes dimensiones con la misma forma que un pozo y donde se acumulaba la nieve caída durante la temporada. Esta se apretaba y tapaba con paja para conservarse mejor.

Gracias a una rehabilitación llevada a cabo en 1985, el mayor de los pozos, de 8,5 m de diámetro por 14 m de profundidad, se encuentra en muy buen estado y se puede visitar. En su interior se llegaban a acumular unas 230 toneladas de nieve.

Además de estos pozos, junto al Puerto de Malagón (1536 m) todavía se pueden observar los restos de un antiguo pozo de nieve, aunque este no debió de tener tanta relevancia como los de Cuelgamuros.

Real Pozo de Nieve de Felipe II, situado en el Abantos. Fuente: Ayuntamiento de Madrid

Al destino final se estima que llegaba un tercio de la carga inicial, al ir la nieve derritiéndose en el trayecto. Una vez descendida a las ciudades, la carga se guardaba en pozos de nieve de grandes dimensiones, desde donde se repartía por toda la ciudad.

En Madrid existían varios pozos de nieve en la actual Glorieta de Bilbao, conocida y nombrada antiguamente en los mapas como “Puerta de los Pozos de Nieve”. En el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial también había varias de estas estructuras. Uno de los pozos, el situado en la huerta de los religiosos junto al estanque, se encuentra todavía en perfecto estado.

Decadencia de los Pozos de Nieve

Estos pozos permanecieron activos unos 300 años hasta que a principios del siglo XX comenzaron a utilizarse otros métodos de enfriamiento, al mismo tiempo que los primeros efectos del cambio climático hicieron que la nieve comenzara a escasear en nuestras montañas.

Localización de los pozos de nieve de Madrid, en un plano de Teixeira de 1656. Fuente: Ayuntamiento de Madrid
Fotografía del Siglo XIX de Jean Laurent del estanque y pozo de nieve del Monasterio. Al fondo, el San Benito

CONTINÚA EN EL SIGUIENTE ARTÍCULO

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