El lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) es una especie de reptil endémico de la Península Ibérica, conocido por su llamativa coloración y su preferencia por hábitats húmedos. Se trata de un lagarto de tamaño medio con una distribución restringida, lo que lo convierte en una especie de interés para la conservación. Su aspecto varía según el sexo y la edad, destacando especialmente los machos durante la época de celo, cuando desarrollan una tonalidad azul intensa en la cabeza. Este lagarto habita principalmente en bosques, zonas de ribera y praderas montañosas, donde encuentra refugio entre la vegetación y las rocas.
Ficha técnica
Nombre Común | Lagarto Verdinegro |
– Clase | Reptiles |
– Orden | Squamata |
– Familia | Lacertidae |
– Género | Lacerta |
– Especie | L. schreiberi |
– Tamaño | Hasta 40 cm |
– Longevidad | Hasta 8 años |
– Estado de conservación | Casi Amenazada (NT) |
Características Físicas
El lagarto verdinegro es un reptil robusto de tamaño medio. Su longitud corporal alcanza aproximadamente 13 cm, mientras que su cola puede duplicar o incluso triplicar esa medida cuando está intacta.
Los machos adultos presentan un color verde brillante en el dorso, punteado de negro, y durante la época de celo adquieren una llamativa tonalidad azul en la cabeza, un rasgo distintivo de la especie. En cambio, las hembras adultas pueden tener un dorso verde o pardo, con un patrón de manchas negras grandes que a menudo incluyen ocelos blancos en los costados.
Su collar es aserrado y cuenta con entre 8 y 10 filas de escamas ventrales, lo que le proporciona una apariencia característica. La combinación de estos rasgos hace que sea un lagarto inconfundible dentro de su hábitat natural.

Hábitat y Distribución
Distribución Geográfica en España
El lagarto verdinegro se encuentra exclusivamente en la Península Ibérica, con una distribución centrada principalmente en el noroeste de España y el norte de Portugal. Su presencia es más notable en regiones como Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, así como en zonas montañosas del Sistema Central, abarcando territorios de Portugal, Castilla y León, Madrid y Soria.
En el sur de la Península, sus poblaciones son mucho más reducidas y están aisladas en enclaves montañosos, como los Montes de Toledo, la Sierra de San Andrés, la Sierra de Monchique y otros sistemas serranos de Extremadura y Portugal occidental. En estas áreas, el número de individuos es menor y su distribución más fragmentada, lo que hace que su presencia sea menos frecuente en comparación con el norte peninsular.
Tipos de Hábitat
Esta especie está estrechamente ligada a entornos húmedos, donde las precipitaciones anuales superan los 600 mm. Se encuentra en bosques caducifolios, especialmente aquellos dominados por robles, hayas y abedules, así como en sotos fluviales con árboles como alisos, chopos y sauces.
También habita en bosques de pino silvestre, castañares, brezales, prados de montaña y zonas de matorral denso. Es común encontrarlo en claros de bosque, márgenes de ríos y arroyos, muros de piedra y terrenos abiertos con refugios naturales.
En las zonas montañosas del centro y sur de su distribución, su presencia suele estar vinculada a cursos de agua, donde encuentra condiciones adecuadas para su supervivencia. Mientras que los adultos prefieren áreas con rocas y matorrales, los juveniles tienden a ocupar hábitats más herbáceos, siempre próximos a refugios naturales.

Alimentación
El lagarto verdinegro es un depredador oportunista con una dieta basada en insectos y otros pequeños invertebrados. Sus presas más frecuentes incluyen coleópteros, arácnidos, hormigas, chinches, saltamontes y moscas. Debido a su afinidad por los hábitats húmedos, también consume insectos con fase larvaria acuática, como libélulas, tricópteros y plecópteros.
El tamaño de las presas varía según la edad del lagarto. Los juveniles se alimentan de invertebrados pequeños, de menos de 1,5 cm, mientras que los adultos pueden capturar presas de hasta 4 cm. Además, su dieta cambia con la estación: en primavera predominan los coleópteros, mientras que en verano los saltamontes se vuelven más frecuentes.
En ocasiones, este lagarto también consume pequeños vertebrados, como polluelos de aves paseriformes y lagartijas, ampliando su espectro trófico. Además, en algunas zonas, se ha observado que hasta un 25 % de su dieta puede estar compuesta por frutos de plantas de la familia de las rosáceas y otros vegetales.
Los machos adultos, debido a su mayor tamaño de cabeza, tienen ventaja a la hora de capturar presas más grandes, lo que les permite acceder a un abanico alimenticio más amplio en comparación con las hembras.

Reproducción
El ciclo reproductivo del lagarto verdinegro sigue un patrón estacional, con la cópula en primavera, incubación en verano y eclosión a finales de verano o principios de otoño. Durante la época de celo, los machos desarrollan un intenso color azul en la cabeza, lo que los hace más llamativos y facilita la atracción de parejas.
Las cópulas ocurren entre abril y junio, momento en el que es frecuente ver parejas tomando el sol juntas durante el día. Tras la fecundación, las hembras realizan una única puesta anual, depositando entre 4 y 24 huevos en sustratos húmedos y protegidos.
El periodo de incubación dura algo más de dos meses, y las crías emergen entre finales de julio y septiembre, cuando las condiciones ambientales aún son favorables para su desarrollo.

Amenazas y Conservación
Amenazas
El lagarto verdinegro enfrenta múltiples amenazas que han reducido su población en diversas áreas de su distribución:
- Pérdida de hábitat, especialmente por la destrucción de bosques caducifolios, la alteración de ríos y arroyos y los incendios forestales.
- Competencia con Lacerta bilineata en el noreste de la Península Ibérica, lo que ha afectado su distribución en ciertas zonas.
- Fragmentación y aislamiento de poblaciones en el sur peninsular, donde su número es reducido y su situación es crítica en sistemas montañosos como Sierra de San Andrés, Montes de Toledo, Sierras de Guadalupe y Las Villuercas, y Valencia de Alcántara.
Conservación
Para garantizar la supervivencia de esta especie, es fundamental la protección de sus hábitats naturales, con especial atención a los bosques caducifolios del sur de la Península y las zonas húmedas donde prospera. Se recomienda:
- Evitar la deforestación y la modificación de ríos y arroyos, ya que son entornos clave para su desarrollo.
- Limitar la construcción de presas y otras infraestructuras que alteren los cursos de agua.
- Regular la presión ganadera, que puede degradar los ecosistemas donde habita la especie.
- Restaurar zonas previamente alteradas para crear hábitats adecuados.
En Portugal, el Proyecto Life ha implementado estrategias de conservación para la especie, pero en España no existen medidas concretas documentadas, lo que evidencia la urgencia de desarrollar planes de protección para evitar una mayor reducción de sus poblaciones.

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Referencias
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