El lagarto bético (Timon nevadensis) es un reptil endémico del sureste de la Península Ibérica que destaca por su adaptación a una amplia variedad de hábitats. Esta especie pertenece al género Timon, dentro de la familia Lacertidae, y comparte ciertas similitudes con otros lagartos ocelados, aunque presenta rasgos distintivos que lo diferencian. Su distribución está restringida a regiones concretas de España, y su presencia en zonas de alta montaña y ecosistemas áridos lo convierte en un ejemplo fascinante de especialización ecológica.
Ficha técnica
Nombre Común | Lagarto bético |
– Clase | Reptiles |
– Orden | Squamata |
– Familia | Lacertidae |
– Género | Timon |
– Especie | T. nevadensis |
– Tamaño | Hasta los 70 cm |
– Longevidad | Unos 10-15 años |
– Estado de conservación | Casi Amenazada (NT) |
Características Físicas
Este lagarto de tamaño mediano posee una cabeza estrecha y alargada, con una placa occipital más reducida en comparación con otros miembros del género Timon. Su cuerpo está cubierto por una serie de escamas dorsales cuyo número varía entre machos y hembras, siendo más numerosas en los primeros.
El color del dorso varía entre tonos grisáceos y pardos, sin la presencia de escamas negras, una característica distintiva de esta especie. Algunos ejemplares, especialmente los machos, pueden carecer de patrones llamativos, mientras que otros presentan ocelos dispuestos en dos hileras. En los ejemplares juveniles, estos ocelos son más notorios, de color blanquecino con un borde negro, extendiéndose por el dorso, los costados y la parte superior de la cabeza. Además, en la zona peribucal pueden observarse bandas alternas blancas y oscuras, que aportan un patrón único a cada individuo.
Otro rasgo diferenciador es la presencia de poros femorales, que se encuentran tanto en machos como en hembras, aunque su número puede variar ligeramente entre ambos sexos.

Hábitat y Distribución
El lagarto bético es una especie endémica del sureste de España, donde ocupa una gran diversidad de ecosistemas, desde zonas áridas hasta regiones montañosas a más de 2,400 metros de altitud. Su capacidad de adaptación le permite habitar desde entornos costeros hasta áreas de interior, aunque evita las zonas densamente boscosas.
Distribución Geográfica en España
Su distribución abarca varias provincias del sureste peninsular, incluyendo Málaga, Granada, Almería, Murcia, Alicante y Valencia. Se encuentra en localidades concretas como Nerja, Las Alpujarras, Pico Veleta, Hellín y Vall de Uxó, extendiéndose incluso hasta la Sierra de Baza. También se ha documentado su presencia en algunas islas costeras, como la isla de las Palomas (Murcia) y las islas Olla y Mitjana (Alicante).
En cuanto a altitud, puede encontrarse desde el nivel del mar hasta zonas montañosas, siendo especialmente abundante en Sierra Nevada, donde ha sido registrado en cotas superiores a los 2,000 metros.
Tipos de Hábitat
El lagarto bético habita una gran variedad de ecosistemas, lo que refleja su capacidad de adaptación. Se le puede encontrar en arenales litorales, ramblas, espartales y zonas rocosas, así como en terrenos más antropizados, como márgenes de cultivos, proximidades de caminos y construcciones humanas.
Prefiere zonas abiertas con refugios naturales, como lajas de piedra, conejeras y acumulaciones de detritos vegetales, aunque también se le ha observado en áreas de suelo arcilloso con presencia de matorrales y arbustos dispersos. En la provincia de Alicante, por ejemplo, evita los bosques densos y las zonas excesivamente húmedas, mostrando una marcada preferencia por entornos más áridos y soleados.

Alimentación
El lagarto bético basa su alimentación en una dieta principalmente insectívora, aunque ocasionalmente incorpora otros tipos de presas y alimentos vegetales. Su dieta se compone en gran medida de invertebrados, con especial preferencia por coleópteros de gran tamaño, himenópteros y ortópteros. Gracias a su agilidad y rapidez, es un depredador eficiente en la caza de estos insectos.
Además de los invertebrados, puede consumir frutos de forma ocasional, especialmente durante los meses más cálidos, cuando la disponibilidad de insectos disminuye. En casos esporádicos, se ha documentado la depredación de pequeños vertebrados, incluyendo paseriformes y lagartijas, lo que demuestra una cierta flexibilidad trófica.

Reproducción
El ciclo reproductivo del lagarto bético comienza en primavera, con las primeras puestas registradas entre finales de marzo y principios de julio. Dependiendo de las condiciones ambientales y la disponibilidad de alimento, algunas hembras pueden realizar dos puestas en una misma temporada, aunque esto no es lo habitual.
Cada puesta contiene entre seis y 17 huevos, aunque en comparación con Timon lepidus, las puestas de Timon nevadensis suelen ser menos numerosas pero con huevos de mayor tamaño. Esto podría estar relacionado con la adaptación de la especie a determinados hábitats donde una estrategia reproductiva basada en crías más robustas podría favorecer su supervivencia.

Amenazas y Conservación
El lagarto bético está clasificado como «Casi Amenazado» (NT) tanto a nivel global (IUCN, 2008) como en España (2002). Aunque no se encuentra en peligro crítico, su área de distribución es más reducida en comparación con Timon lepidus, lo que lo hace más vulnerable a la degradación del hábitat y otras amenazas antropogénicas.
Principales amenazas
- Destrucción del hábitat debido a urbanizaciones y expansión de cultivos intensivos en invernaderos, lo que reduce las áreas naturales disponibles para la especie.
- Persecución humana, especialmente en fincas de caza, donde erróneamente se considera que puede afectar negativamente a la fauna cinegética.
- Uso de productos fitosanitarios, como pesticidas en cultivos agrícolas, que afectan tanto a los individuos como a su cadena trófica.
- Mortalidad por atropellos, especialmente en zonas urbanizadas o con carreteras que fragmentan su hábitat.
- Introducción de ratas en islas, lo que ha impactado de manera significativa en las poblaciones insulares, aumentando la depredación sobre huevos y juveniles.
- Caídas en canales de conducción de agua, un problema documentado que provoca altas tasas de mortalidad, ya que estos reptiles quedan atrapados sin posibilidad de escapar.
Situación actual y conservación
No existen datos recientes sobre las poblaciones insulares, lo que genera incertidumbre sobre su estado real de conservación. Sin embargo, se sabe que las amenazas continúan afectando significativamente a la especie. Para garantizar su conservación, es fundamental la protección de su hábitat y la implementación de medidas de mitigación contra las principales causas de mortalidad.

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Referencias
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