La lagartija ibérica (Podarcis hispanica) es una de las especies más emblemáticas de la fauna de la Península Ibérica. Esta lagartija, que habita una variedad de ecosistemas, desde paisajes rocosos hasta áreas arbustivas, se destaca por su agilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes entornos. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, es una especie fascinante por su comportamiento, su coloración y la adaptabilidad que muestra frente a los cambios de su hábitat natural.
Ficha técnica
Nombre Común | Lagartija Ibérica |
– Clase | Reptiles |
– Orden | Squamata |
– Familia | Lacertidae |
– Género | Podarcis |
– Especie | P. hispanica |
– Tamaño | 4 a 6,5 cm (cuerpo), 10 cm (cola) |
– Longevidad | Hasta 3-4 años |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Características Físicas
La lagartija ibérica (Podarcis hispanica) es una especie de tamaño moderado, siendo los machos generalmente más grandes que las hembras. Los machos miden entre 4 y 6 cm desde la punta del morro hasta la cloaca, aunque algunos individuos pueden alcanzar hasta 6,5 cm. Por su parte, las hembras son más pequeñas, con longitudes que oscilan entre 4 y 5,5 cm. La cola es una de sus características más llamativas, pudiendo medir hasta 10 cm, casi el doble de su tamaño corporal. Esta cola tiene una función importante en su supervivencia, ya que puede desprenderse como mecanismo de defensa ante depredadores, permitiendo a la lagartija escapar.
En cuanto a la morfología, los machos presentan una cabeza más masiva y triangular, con escamas bien marcadas que destacan especialmente durante la época de celo. Durante este periodo, es común observar ocelos azules en los costados, lo que resalta aún más su coloración. Las hembras, por su parte, tienen una estructura más delgada y sus patas traseras son más cortas en comparación con los machos.
El color de su piel varía considerablemente dependiendo del entorno en el que habite. Generalmente, su tono es pardo-verdoso, con algunos matices rojizos en la espalda, el cuello y la cabeza. Las hembras suelen mostrar bandas laterales oscuras con un perfil amarillento en el pecho, mientras que los machos presentan un mayor contraste de colores en la zona ventral, con menos escamas visibles.
Una de las características más notables es la variabilidad de colores de su cola, que puede incluir tonos pardos, rojizos, verdosos y hasta azulados. Dependiendo de la zona en la que viva, esta variabilidad cromática facilita su camuflaje, adaptándose al entorno para evitar a los depredadores. En áreas rocosas y desérticas, las escamas más claras favorecen la mimetización con el paisaje.

Hábitat y Distribución
Distribución Geográfica en España
La lagartija ibérica (Podarcis hispanica) tiene una distribución amplia en la Península Ibérica, extendiéndose a lo largo de casi todo el territorio. Es especialmente común en la mitad norte, donde habita tanto zonas de media montaña como áreas más llanas. En el País Vasco, su presencia está restringida a la vertiente cantábrica, mientras que en Galicia se encuentra limitada por la isoterma de los 14°C. A pesar de su amplia distribución, existen algunas áreas donde no se ha registrado su presencia, como ciertas regiones de Extremadura, Andalucía y Huesca, aunque esto podría deberse a un muestreo insuficiente. En zonas de la provincia de Almería, su ausencia podría estar relacionada con condiciones ambientales poco favorables o alteraciones en el paisaje.
En el sur de Francia, la lagartija ibérica también está presente, especialmente al oeste de los Pirineos, donde alcanza zonas como las Cévennes y el Ródano. Fuera de la Península Ibérica, la especie se encuentra en el norte de África, llegando hasta Marruecos y Túnez. Su rango se extiende a diversas islas e islotes costeros, como las Islas Chafarinas en Marruecos, las islas del Atlántico y las Islas Medas en Gerona, así como las islas de Pontevedra, Benidorm y otras zonas costeras de la Comunidad Valenciana y Murcia.
Tipos de Hábitat
La lagartija ibérica es una especie rupícola, lo que significa que prefiere hábitats rocosos donde puede refugiarse entre las piedras y rocas. Este tipo de entorno es común en la mitad septentrional de la Península, especialmente en regiones de media montaña. En estas áreas, se encuentra en coexistencia con otras especies del género Podarcis, como P. muralis, P. bocagei y P. carbonelli, aunque, a menudo, se distribuyen en diferentes zonas de manera que no compiten directamente por los recursos.
En el este y sur de la Península, la lagartija ibérica también se adapta a hábitats de tipo arbustivo. Aquí, puede ser la única especie de Podarcis, ocupando zonas de vegetación baja, especialmente cuando no existen afloramientos rocosos. Además, la lagartija ibérica también puede habitar zonas humanizadas, lo que demuestra su capacidad para adaptarse a diversas formas de hábitat y a la presencia humana.

Alimentación
La lagartija ibérica (Podarcis hispanica) es un animal carnívoro que se alimenta principalmente de insectos y arácnidos pequeños, generalmente aquellos que no superan los 25 mm de longitud. Su dieta varía según la disponibilidad de presas en su hábitat, y puede capturar a sus presas tanto en el suelo como en los árboles, utilizando su agilidad para acechar y emboscar a los pequeños invertebrados. Esta habilidad le permite adaptarse a diversas condiciones ambientales, aprovechando una amplia gama de recursos alimenticios disponibles en su entorno.
A pesar de su agilidad y sus habilidades como cazadora, la lagartija ibérica también es un objetivo fácil para varios depredadores. Entre sus principales amenazas se encuentran otros lagartos ocelados, culebras, aves y mamíferos carnívoros como las comadrejas y gatos (tanto domésticos como salvajes). Estos depredadores, junto con las condiciones del entorno, hacen que la lagartija deba estar constantemente alerta para evitar ser capturada.

Reproducción
La época de celo de la lagartija ibérica (Podarcis hispanica) se extiende entre los meses de marzo y junio, siendo este el periodo más activo para los machos, quienes se vuelven más territoriales y luchan por el acceso a las hembras. Durante este tiempo, las cópulas pueden durar hasta una hora, aunque suelen ser mucho más breves. Las hembras realizan varias puestas de huevos a lo largo de esta temporada, depositando entre 1 y 5 huevos en cada puesta, que incuban durante 40 a 80 días, dependiendo de las condiciones ambientales y la temperatura.
Cuando nacen, las crías tienen un color pardo en su cuerpo, mientras que su cola es de un tono verde-azulado, lo que las hace fácilmente reconocibles. Al alcanzar la madurez sexual, que ocurre hacia el segundo año de vida, las hembras comienzan a reproducirse, asegurando así la continuidad de la especie. Las hembras suelen enterrar sus huevos en el suelo o, en caso de que el sustrato no lo permita, los depositan en la superficie. Esta flexibilidad en la ubicación de los nidos demuestra su capacidad de adaptación a diversos tipos de hábitat.

Amenazas y Conservación
A pesar de su amplia distribución y relativa abundancia, la lagartija ibérica (Podarcis hispanica) no se encuentra exenta de amenazas. A nivel mundial, la especie está clasificada como «No catalogada» por la UICN, mientras que en España, se considera de «Preocupación menor» (LC). No obstante, algunas poblaciones podrían estar enfrentando desafíos particulares que requieren atención, especialmente aquellas en áreas más restringidas o insulares.
Factores de Amenaza
- Destrucción de refugios rocosos: En la Península Ibérica, el reemplazo de los tradicionales cerramientos de piedra por vallas artificiales ha reducido los refugios naturales que la lagartija necesita para sobrevivir.
- Presión humana: Las poblaciones insulares y de Galicia están expuestas a la presión turística, lo que puede alterar su hábitat. Además, la introducción de depredadores como los gatos domésticos o salvajes incrementa la mortalidad de la especie.
- Especies invasoras: En Galicia, el crecimiento de la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans) representa una amenaza creciente para algunas poblaciones de lagartija ibérica, que sufren la competencia directa por recursos o la depredación de sus nidos.
Poblaciones Amenazadas
Algunas poblaciones insulares, como las de la isla de Benidorm, han experimentado un declive en las últimas décadas debido a la destrucción de vegetación y refugios naturales. Aunque la situación exacta de otras poblaciones en islotes costeros mediterráneos no está completamente clara, se recomienda llevar a cabo una evaluación exhaustiva para determinar su estado de conservación.
Actuaciones para su Conservación
A lo largo de los años, se han realizado algunas acciones de conservación, como censos de densidad en la isla de Benidorm en 2001 y la colocación de carteles informativos que destacan su carácter protegido. Sin embargo, no se mencionan muchas otras iniciativas específicas para la conservación de la especie en la Península Ibérica, por lo que se sugiere que se amplíen los esfuerzos de monitoreo y protección de las poblaciones más vulnerables.

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Referencias
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