Ficha técnica
Nombre Común | Cerezo de Santa Lucía o Cerecino |
– División | Angiospermas |
– Orden | Rosales |
– Familia | Rosaceae |
– Género | Prunus |
– Especie | Prunus mahaleb |
– Altura | Hasta 10 metros |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Descripción
El Prunus mahaleb, conocido comúnmente como cerezo de Santa Lucía o marel, es un arbolillo caducifolio que puede alcanzar hasta 10 metros de altura. Su porte modesto y su crecimiento generalmente uniforme lo hacen fácilmente reconocible dentro del género Prunus. La corteza es de color pardo grisáceo, por lo general fisurada, y desprende un agradable aroma cuando se trabaja, lo que explica su tradicional uso en la ebanistería.
Las ramas no presentan espinas y desarrollan braquiblastos, lo que le confiere una estructura densa y ordenada. Las ramillas juveniles son de tono grisáceo, con pequeños pelos concentrados hacia el ápice. Las yemas, de entre 3 y 4 milímetros, son ovoideo-globosas, con ápice obtuso, y también poseen pilocidad en su extremo. Es característico que la yema terminal esté acompañada por dos yemas laterales próximas al extremo de la ramilla, un detalle botánico distintivo dentro de su morfología.

Características
Una de las cualidades más apreciadas de Prunus mahaleb es su madera, que destaca por su alta densidad, buen olor y una diferenciación cromática marcada entre la albura blanquecina y el duramen rojizo. Esta particularidad la ha hecho históricamente valiosa en la fabricación de cofres, así como en la talla de pipas de fumador, especialmente en algunos países del centro de Europa. A pesar de su valor utilitario, su papel como planta ornamental no pasa desapercibido, en especial por su floración abundante y aromática en primavera.
Hojas
Las hojas de Prunus mahaleb son simples, alternas y de forma ampliamente ovada a redondeada, con el ápice agudo y borde aserrado. Su superficie superior es glabra y lustrosa, mientras que el envés presenta una textura menos brillante con la presencia de pelos dispersos. El pecíolo es corto y normalmente exhibe dos glándulas de color amarillo en la zona donde se une con el limbo. En algunas variedades, las hojas adoptan una forma acorazonada, lo que incrementa su valor estético en el ámbito ornamental.
Flores
Las flores surgen en racimos cortos o corimbos y se agrupan en número de 3 a 10. Son blancas, aromáticas, y se sostienen mediante pedicelos cortos. Florecen al comienzo de la primavera, cuando el árbol aún no ha desarrollado por completo su follaje, lo que intensifica el contraste visual de las inflorescencias. Esta floración temprana y vistosa es una de las razones principales por las que la especie se utiliza con fines decorativos en parques y jardines.
Fruto y semilla
El fruto de Prunus mahaleb es una drupa pequeña, similar a una cereza en miniatura. Al inicio del verano presentan un color rojo intenso, que evoluciona hacia un tono negro en la madurez. La forma del fruto es ligeramente puntiaguda en el ápice, con una pulpa escasa, de color rojizo y sabor marcadamente amargo. Esta pulpa recubre una semilla leñosa, de la cual se puede obtener un aceite aromático. A pesar de su sabor, los frutos han tenido usos en ciertas regiones, especialmente en repostería del este de Europa y Oriente Medio, una aplicación no extendida pero culturalmente significativa.

Hábitat
Prunus mahaleb muestra una clara preferencia por suelos calizos, desarrollándose con facilidad en terrenos pedregosos y bien drenados. Suele encontrarse en zonas frescas y umbrosas, donde la humedad ambiental es relativamente alta. Es habitual en márgenes de bosque, orlas espinosas y setos naturales, donde convive con otras especies leñosas de porte medio. También puede colonizar claros de carrascales y robledales, lo que demuestra su plasticidad ecológica dentro de las regiones submediterráneas.
La especie es capaz de alcanzar altitudes de hasta 2000 metros, lo que la convierte en una planta resistente tanto a las condiciones de montaña como a ambientes más templados. Aunque no se comporta como una especie invasora, su capacidad de adaptarse a diversos entornos le permite mantener poblaciones estables y duraderas en hábitats variados, siempre que se cumplan las condiciones edáficas y climáticas adecuadas.

Distribución
La distribución natural de Prunus mahaleb abarca un amplio territorio que se extiende desde Europa hasta Asia Central, incluyendo también regiones del norte de África. Su presencia es especialmente destacada en Europa central y meridional, donde ha sido históricamente aprovechada tanto por su madera como por sus cualidades ornamentales.
En la Península Ibérica, su aparición es más común en los sistemas montañosos del noreste, aunque se han registrado ejemplares dispersos en otras áreas del norte y este. No se encuentra de forma natural en las Islas Baleares. En España, sus poblaciones se distribuyen por la cordillera Cantábrica, las montañas de Burgos, los enebrales de Soria y diversas sierras del este peninsular, llegando incluso a algunas zonas de Andalucía.
A nivel fitogeográfico, Prunus mahaleb forma parte de la flora submediterránea, y se integra con frecuencia en espinares calcícolas y comunidades leñosas secundarias que bordean los bosques caducifolios. Su capacidad de resistir inviernos fríos y veranos secos le ha permitido expandirse de forma natural en múltiples regiones con clima continental moderado.

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