Ficha técnica
Nombre Común | Ailanto |
– División | Angiospermas |
– Orden | Sapindales |
– Familia | Simaroubaceae |
– Género | Ailanthus |
– Especie | Ailanthus altissima |
– Altura | Hasta 27 metros |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Descripción
Ailanthus altissima, comúnmente conocido como el árbol del cielo o ailanto, es un árbol caducifolio que, aunque puede llegar a medir hasta 27 metros en condiciones óptimas, rara vez supera los 20 metros de altura en la Península Ibérica.

Características
Su copa es redondeada y abierta, lo que le otorga un aspecto característico. La corteza es lisa, de color gris claro, y presenta estrías verticales onduladas, lo que ayuda a identificarlo con facilidad. Las ramillas juveniles tienen un tono pardo-rojizo y están cubiertas de lenticelas anaranjadas, mientras que la médula es de color pardo-rojizo. Las yemas laterales son bastante pequeñas en comparación con la cicatriz foliar y tienen una apariencia distintiva, con dos escamas pardo-rojizas.
Hojas
Las hojas de Ailanthus altissima son particularmente notables por su tamaño, alcanzando hasta 60 cm de largo. Son compuestas y están formadas por entre 7 y 25 foliolos lanceolados, que se disponen de forma más o menos opuesta y presentan un extremo puntiagudo. En la base de estos foliolos se encuentran entre uno y dos pares de dientes, y en ocasiones, una pequeña glándula oscura.
Flores
Las flores de Ailanthus altissima se reúnen en panículas que se desarrollan en la parte superior del árbol. Son de color amarillo pálido y de tamaño relativamente pequeño. Existen flores tanto hermafroditas como masculinas y femeninas, lo que permite la polinización cruzada y contribuye a la reproducción eficiente de la especie. Cada flor cuenta con 5 sépalos, 5 pétalos y 10 estambres con filamentos pelosos en la base, lo que las hace fácilmente distinguibles de otras especies.
Fruto y semilla
El fruto de Ailanthus altissima es una sámara, de forma alargada y con alas que permiten su dispersión aérea. Este fruto, que suele adquirir tonos rojizos a medida que madura, contiene una semilla en su interior. La dispersión de las semillas se realiza con la ayuda del viento, lo que permite a la especie colonizar rápidamente nuevos espacios. Las sámaras permanecen en el árbol mucho después de que haya perdido sus hojas, a la espera de que el viento las disperse. Esta dispersión eficiente es una de las razones por las que Ailanthus altissima es un colonizador exitoso de terrenos degradados.

Hábitat
El Ailanthus altissima tiene una notable capacidad para adaptarse a hábitats urbanos y degradados. Se encuentra comúnmente en zonas con influencia humana, como cunetas, alrededores de núcleos rurales, solares removidos y cercanías de fuentes. Es un excelente colonizador de terrenos que han sufrido alteraciones por actividad humana. Esta especie se beneficia de las condiciones de suelos perturbados, donde puede prosperar rápidamente gracias a su sistema de propagación. Además, Ailanthus altissima se reproduce de manera eficiente tanto por medio de sus semillas como por brotes que emergen desde la base del árbol, lo que le permite expandirse en áreas donde otras especies tienen dificultades para germinar.
Su resistencia a la contaminación y su habilidad para crecer en terrenos empobrecidos le han conferido una ventaja significativa sobre otras especies nativas. Sin embargo, este mismo éxito reproductivo y de colonización se convierte en un problema ecológico, ya que su presencia reduce la biodiversidad local y altera el equilibrio de los ecosistemas cercanos. En algunas regiones, se ha vuelto una especie invasora, desplazando a la vegetación autóctona y dificultando la regeneración de otras plantas.

Distribución
Originario de China, el Ailanthus altissima ha sido introducido y naturalizado en diversas partes del mundo, incluida la Península Ibérica. En España, se encuentra principalmente en el este y sur del país, así como en las Islas Baleares. A pesar de su origen asiático, se ha establecido en climas templados y subtropicales, extendiéndose con facilidad en áreas urbanas y rurales. Su capacidad para propagarse en zonas humanizadas, como solares o terrenos deteriorados, ha favorecido su expansión a lo largo de los años.
Además, la dispersión de sus semillas se realiza de manera eficiente gracias al viento, lo que facilita su expansión hacia nuevas áreas. Este proceso de dispersión, combinado con su crecimiento rápido y su resistencia a condiciones adversas, ha provocado un aumento continuo de su presencia en diversas regiones. No obstante, se considera una planta invasora en muchos lugares debido a su capacidad para invadir rápidamente y reemplazar a las especies nativas.
Uno de los problemas adicionales asociados con su expansión es la liberación de sustancias alelopáticas por parte de sus raíces y hojas, que inhiben el crecimiento de otras plantas cercanas. Este fenómeno contribuye aún más a su carácter invasor, dificultando la regeneración de la vegetación natural en áreas donde Ailanthus altissima ha tomado el control.
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