La musaraña enana, conocida científicamente como Sorex minutus, es uno de los mamíferos más pequeños de Europa y el más diminuto de su grupo en la Península Ibérica. A pesar de su tamaño reducido, es una especie fascinante que destaca por su capacidad de adaptación, su particular morfología y su presencia en una gran variedad de hábitats húmedos. Este pequeño insectívoro juega un papel clave en los ecosistemas que habita, aunque rara vez se deja ver debido a su estilo de vida discreto y principalmente nocturno.
Ficha técnica
Nombre Común | Musaraña enana |
– Clase | Mammalia (Mamíferos) |
– Orden | Eulipotyphla |
– Familia | Soricidae |
– Género | Sorex |
– Especie | Sorex minutus |
– Tamaño | Entre 5 y 7 cm |
– Peso | Entre 3 y 7 g |
– Longevidad | Entre 13 y 16 meses |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Características Físicas
La musaraña enana presenta una estructura corporal muy ligera y estilizada, con un cuerpo que no suele superar los 7 centímetros de longitud, sin contar la cola, que es notablemente larga en proporción al cuerpo. Su peso rara vez sobrepasa los 6 gramos, lo que la convierte en un auténtico peso pluma dentro del mundo de los mamíferos.
El pelaje varía según la estación: en verano, muestra tonos pardos en el dorso y grises en el vientre, mientras que en invierno se vuelve más grisáceo y denso, ofreciendo una mayor protección frente al frío. A diferencia de otras musarañas del mismo género, como Sorex araneus, la Sorex minutus tiene una cabeza proporcionalmente más pequeña, un cráneo más estrecho y alargado, y una cola relativamente más larga.
Su morfología general está adaptada a una vida activa y ágil entre la vegetación baja. Otro rasgo distintivo es la reducción de su tamaño corporal y craneal en invierno, un fenómeno conocido como fenómeno de Dehnel, que le permite ahorrar energía cuando las condiciones ambientales se vuelven más extremas y el alimento escasea.

Hábitat y Distribución
La Sorex minutus cuenta con una amplia distribución a lo largo del continente euroasiático, extendiéndose desde Portugal hasta Siberia, incluyendo prácticamente toda Europa Occidental. Sin embargo, su presencia no es uniforme, y en el sur de su área de distribución tiende a concentrarse en zonas montañosas donde las condiciones de humedad son más favorables.
Distribución Geográfica en España
En la Península Ibérica, la musaraña enana se encuentra principalmente en el norte y noreste del territorio, desde Galicia y el norte de Portugal hasta la región húmeda del Montseny, en Cataluña, pasando por el extremo septentrional del Sistema Ibérico. Existen también poblaciones aisladas en zonas montañosas como la Sierra de Guadarrama, Gredos y la Sierra de Prades, lo que indica una fuerte dependencia de hábitats específicos con condiciones de humedad y vegetación determinadas.
Además, se han documentado variaciones regionales en el tamaño y características del cráneo, lo que ha llevado a describir subespecies como Sorex minutus becki en el norte peninsular, y Sorex minutus carpetanus en áreas centrales como Guadarrama y Gredos.
Tipos de Hábitat
La musaraña enana necesita ambientes con un cierto grado de humedad constante y buena cobertura vegetal a nivel del suelo, ya que su vida es mayoritariamente epigea, es decir, se desarrolla en la superficie del suelo. Su hábitat preferido incluye pastizales húmedos, bosques caducifolios y de coníferas, así como áreas con muros de piedra o vegetación densa, que le proporcionan protección y acceso a su alimento.
El factor más determinante para su presencia es la precipitación anual, siendo más común en regiones donde las lluvias superan los 600 mm anuales. En España, puede encontrarse desde zonas costeras al nivel del mar hasta altitudes de casi 2.000 metros, demostrando una notable capacidad de adaptación siempre que existan condiciones adecuadas de humedad y refugio.

Alimentación
La musaraña enana es un pequeño mamífero carnívoro cuya dieta se compone principalmente de invertebrados terrestres. Su alimentación está basada en presas como miriápodos, arácnidos, escarabajos, chinches y larvas de mariposa, todos ellos abundantes en suelos húmedos con buena cobertura vegetal.
A pesar de su tamaño, esta musaraña necesita ingerir una gran cantidad de alimento diariamente, llegando a consumir el equivalente a más de su propio peso corporal en condiciones de cautividad. Esta elevada demanda energética se debe a su metabolismo extremadamente rápido, una característica común en pequeños insectívoros.
Su especialización alimentaria es más estrecha que la de otras especies cercanas, como Sorex coronatus, lo que la hace algo más dependiente de ciertos tipos de presas. Esta selectividad, sin embargo, no impide que explore amplios territorios en busca de alimento, especialmente en hábitats con alta humedad y vegetación densa.

Reproducción
En el noreste de la Península Ibérica, la época reproductora de la Sorex minutus se extiende desde principios de abril hasta finales de septiembre. Durante este periodo, las hembras pueden tener varias camadas, cada una compuesta por entre 2 y 8 crías.
El embarazo dura poco más de tres semanas y, al nacer, las crías son completamente indefensas, sin pelo y con un peso de apenas 0,3 gramos. A las dos semanas ya han desarrollado su pelaje, y a los 18 días abren los ojos, lo que marca el inicio de una etapa más activa. La lactancia finaliza hacia los 22 días, momento en el cual los jóvenes abandonan el nido y comienzan su vida independiente.
La madurez sexual no se alcanza hasta el segundo año natural de vida, lo que, unido a su corta longevidad media de poco más de un año, explica por qué muchos ejemplares no llegan a reproducirse. De hecho, se estima que la mitad de los individuos no supera los siete meses, una tasa de mortalidad elevada incluso dentro del grupo de las musarañas.

Amenazas y Conservación
Aunque se trata de una especie ampliamente distribuida y en principio abundante, la musaraña enana no está exenta de riesgos. Su pequeño tamaño y modo de vida expuesto la convierten en una presa fácil para diversos depredadores naturales, entre los que se incluyen aves y pequeños carnívoros.
Principales amenazas:
- Depredación por rapaces nocturnas, como la lechuza común (Tyto alba) y el cárabo (Strix aluco).
- Caza ocasional por parte de carnívoros como la comadreja, el armiño, la gineta o el zorro.
- Aislamiento geográfico de ciertas poblaciones (como las del Sistema Central y Sierra de Prades), que podrían verse más afectadas por cambios en el hábitat o fenómenos climáticos extremos.
A pesar de estas amenazas, actualmente no se consideran necesarias medidas de conservación específicas a nivel general, ya que la especie mantiene poblaciones estables en la mayor parte de su rango. Sin embargo, el seguimiento de las poblaciones aisladas y su estado de conservación se considera importante para prevenir posibles riesgos a largo plazo.
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Referencias
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