El lirón gris (Glis glis) es un roedor de hábitos nocturnos y arborícolas que ha despertado un creciente interés entre los aficionados a la fauna europea. Famoso por sus largos periodos de hibernación y su aspecto simpático, este animal pertenece a la familia de los glíridos y habita principalmente en zonas boscosas del continente, incluyendo varias áreas del norte de la Península Ibérica. A pesar de su carácter discreto, su presencia es señal de la buena salud de los ecosistemas forestales en los que vive. La subespecie presente en España, Glis glis pyrenaicus, presenta características particulares que la diferencian de otras poblaciones europeas.
Ficha técnica
Nombre Común | Lirón gris |
– Clase | Mammalia (Mamíferos) |
– Orden | Rodentia |
– Familia | Gliridae |
– Género | Glis |
– Especie | G. glis |
– Tamaño | 13-19 cm |
– Peso | 70 a 185 g |
– Longevidad | Hasta 10 años |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Características Físicas
El lirón gris presenta un cuerpo robusto y compacto, con una longitud que suele oscilar entre los 13 y 19 cm, a los que se suman hasta 15 cm de cola, lo que le otorga una gran capacidad de equilibrio al desplazarse por las ramas. Esta cola está densamente cubierta de pelo, recordando por su aspecto a la de una ardilla.
Su pelaje es gris plateado en el dorso y la cola, aunque en individuos adultos es común la aparición de pelos negros que le dan un aspecto más sombrío, y en ocasiones incluso con reflejos rojizos. Los jóvenes, por su parte, presentan un pelaje dorsal más uniforme y claro. El vientre es claramente más claro, de un tono blanco o blanco-amarillento, y una fina línea negra alrededor de los ojos acentúa su mirada vivaz.
Las hembras poseen seis pares de mamas, una disposición poco común entre los pequeños roedores, lo que facilita la crianza de camadas numerosas. El peso de un ejemplar adulto varía entre los 70 y 185 gramos, dependiendo de la época del año y del individuo, ya que suelen acumular grasa antes de la hibernación.

Hábitat y Distribución
El lirón gris se distribuye por buena parte de Europa, desde el norte de la Península Ibérica hasta zonas tan orientales como el río Volga y el norte de Irán. Está ausente en gran parte de Escandinavia, salvo en sus regiones más meridionales, y se encuentra también en varias islas del Mediterráneo como Cerdeña, Córcega, Sicilia, Creta y Corfú. Además, fue introducido en Gran Bretaña a comienzos del siglo XX, donde mantiene pequeñas poblaciones localizadas.
Distribución Geográfica en España
En el territorio peninsular, el lirón gris está presente en una franja septentrional que abarca desde los Pirineos hasta la frontera con Portugal, incluyendo sistemas montañosos como el Sistema Ibérico, la Sierra de la Demanda y el Sistema Cantábrico, llegando hasta algunas zonas de Galicia.
La población ibérica pertenece a la subespecie Glis glis pyrenaicus, la cual se caracteriza por su mayor tamaño en comparación con otras subespecies europeas, así como por la presencia de pelos negros en el dorso y una banda amarillenta lateral que separa el pelaje oscuro del lomo del vientre blanco. En ciertas zonas del occidente peninsular se han observado ejemplares de tamaño ligeramente inferior, aunque sin diferencias taxonómicas claras.
Tipos de Hábitat
El lirón gris vive principalmente en bosques caducifolios, con una especial preferencia por robledales y hayedos, aunque también puede encontrarse en castañares, avellanares y bosques mixtos donde predominan especies de hoja caduca. Estos entornos no solo le proporcionan alimento y refugio, sino también las condiciones ideales para hibernar durante los meses más fríos.
Además de los árboles, este roedor aprovecha formaciones rocosas, cuevas y construcciones rurales abandonadas dentro del bosque como refugios. Su rango altitudinal es amplio, y puede encontrarse desde zonas bajas de 50 metros hasta áreas montañosas que superan los 2.000 metros, adaptándose con sorprendente eficacia a diferentes condiciones climáticas dentro de su entorno natural.
Alimentación
El lirón gris necesita una alimentación rica en energía, algo imprescindible para afrontar sus largos períodos de letargo. Su dieta se basa principalmente en semillas de haya y roble, así como avellanas y castañas, que consume incluso antes de que hayan madurado del todo. Estos frutos son fundamentales para que pueda acumular las reservas de grasa necesarias antes del invierno.
Cuando estas semillas escasean, amplía su alimentación incluyendo artrópodos, hongos, partes verdes de plantas y frutas carnosas como zarzamoras, arándanos, fresas o manzanas. En años de baja producción forestal, este cambio de dieta repercute en su capacidad de engordar lo suficiente para la hibernación, lo que puede comprometer su supervivencia.

Reproducción
La reproducción del lirón gris está muy condicionada por la disponibilidad de alimento. Presenta una sola época de celo anual, que se produce en julio, y las crías nacen entre finales de agosto y principios de septiembre. Las camadas suelen tener entre cuatro y seis crías, aunque pueden oscilar entre dos y diez.
Las hembras a veces se agrupan para parir, una estrategia que podría ofrecer ventajas frente a depredadores o ante condiciones adversas. La variabilidad en la productividad forestal influye directamente en su reproducción: en años pobres en semillas, muchos individuos no llegan a entrar en celo, lo que provoca fluctuaciones muy marcadas en la población. Las crías se desarrollan rápidamente y, con solo cinco o seis semanas de vida, comienzan a valerse por sí mismas. Durante un breve período deben almacenar energía suficiente para soportar el letargo invernal, que se extiende desde noviembre hasta finales de mayo.

Amenazas y Conservación
Aunque el lirón gris no se encuentra globalmente en una situación crítica, sí enfrenta amenazas locales que comprometen ciertas poblaciones, especialmente en la Península Ibérica. Los principales factores de riesgo se relacionan con la pérdida y degradación de su hábitat, así como con prácticas humanas puntuales.
Principales amenazas
- Simplificación del hábitat por explotaciones forestales intensivas.
- Eliminación de árboles viejos o con cavidades, clave para su refugio.
- Sustitución de frondosas por coníferas o eucaliptos, especialmente en Galicia.
- Aislamiento de poblaciones, como ocurre en Montnegre (Cataluña), dificultando el intercambio genético.
- Uso de venenos para control de roedores, que pueden afectar a individuos que ocupan viviendas humanas.
- Caza recreativa o consumo tradicional, aún vigente en algunas zonas del Pirineo y el entorno mediterráneo.
A pesar de estas amenazas, existen varias iniciativas de conservación en marcha. En Cataluña, por ejemplo, se han instalado cajas nido para compensar la falta de árboles con cavidades. En Galicia, se promueven también estas estructuras artificiales, junto con programas de seguimiento, evaluación de la producción de frutos secos, y marcaje individual de ejemplares para estudiar sus movimientos y genética. En general, la clave de su conservación pasa por una gestión forestal compatible con la biodiversidad, que conserve los elementos estructurales del bosque necesarios para su supervivencia.

Video
Referencias
Resto de Artículos
Consulta el resto de Artículos de Fauna: Mamíferos, Reptiles, Anfibios y Aves.