La lechuza común (Tyto alba) es una de las aves rapaces más fascinantes y reconocibles del mundo. Conocida por su rostro en forma de corazón y su habilidad para cazar en la oscuridad, esta especie se ha adaptado perfectamente a diversos hábitats, tanto rurales como urbanos. A pesar de ser una especie cosmopolita, la lechuza común enfrenta varios desafíos relacionados con la pérdida de hábitat y las alteraciones en su entorno natural.
Ficha técnica
Nombre Común | Lechuza común |
– Clase | Aves |
– Orden | Strigiformes |
– Familia | Tytonidae |
– Género | Tyto |
– Especie | T. alba |
– Tamaño | 33-35 cm |
– Envergadura | 80-95 cm |
– Peso | 350 g |
– Longevidad | Hasta 10 años |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Canto
Características Físicas
La lechuza común es un ave de tamaño mediano, que alcanza una longitud corporal de aproximadamente 33 a 35 cm y una envergadura de alas que varía entre 80 y 95 cm. Su peso promedio es de 350 g, sin que existan diferencias significativas entre machos y hembras. Uno de los rasgos más distintivos de esta especie es su disco facial en forma de corazón, que no solo le otorga un aspecto único, sino que también cumple una función importante en la captura de sonidos, ayudando a mejorar su audición.
El plumaje ventral de la lechuza es principalmente blanco, lo que la hace fácilmente identificable, especialmente en la subespecie T. alba alba. Sus tarsos, completamente emplumados, y las plumas modificadas que cubren sus dedos, son de un tono grisáceo. Esta combinación de características hace que la lechuza se adapte bien a sus hábitos de caza.
Aunque sus alas son cortas y redondeadas, limitando su capacidad para realizar vuelos largos y potentes, la lechuza común compensa esta limitación con una estructura de filoplumas extremadamente suaves y desflecadas. Este diseño especial le permite volar en completo silencio, una ventaja crucial a la hora de cazar. Durante sus vuelos, puede moverse de manera casi imperceptible, lo que le permite acercarse sigilosamente a sus presas.
En cuanto a sus sonidos, la lechuza común emite un grito lastimero y estridente, aunque también produce un siseo característico cuando se siente amenazada o cuando sus crías piden alimento.
Un aspecto impresionante de esta especie es su excelente visión nocturna, que le permite cazar en condiciones de baja luz. Además, su oído excepcional le ayuda a detectar a sus presas, incluso cuando están ocultas en la oscuridad más absoluta. Durante la caza, es común ver a la lechuza mover la cabeza de manera casi imperceptible y lanzarse desde alturas para capturar a sus víctimas con gran precisión.

Hábitat y Distribución
La lechuza común es una especie cosmopolita, que se encuentra distribuida por casi todo el mundo, excepto en las zonas más frías y en algunas islas. Prefiere las regiones templadas, ubicándose principalmente entre los 40º N y 40º S de latitud. En Europa, su población está estimada en más de 100.000 parejas reproductoras, aunque se ha observado una disminución significativa de más del 20% en algunos países, lo que ha generado preocupación sobre su conservación.
Distribución Geográfica en España
En España, la lechuza común tiene una presencia bastante amplia, y se puede encontrar en todo el territorio. Sin embargo, es más abundante en las provincias del centro peninsular y en la cornisa cantábrica. En el país se reconocen tres subespecies de Tyto alba:
- Subespecie nominal: Se encuentra en la Península, Baleares y Canarias centro-occidentales.
- Subespecie gracilirostris: Se distribuye por las Islas Canarias orientales.
- Subespecie guttata: Está presente como reproductora en la Península, con casos de hibridación en áreas como Vizcaya y Madrid.
Tipos de Hábitat
La lechuza común se adapta a una variedad de hábitats, lo que le permite habitar en diversos entornos. Sus lugares preferidos incluyen:
- Espacios abiertos: Como las campiñas atlánticas, cultivos de secano, y pastizales montanos. También se encuentra en áreas de cítricos.
- Zonas rurales y urbanas: Puede habitar ramblas y núcleos urbanos, lo que muestra su capacidad para adaptarse a la presencia humana.
- Zonas arboladas: Como las dehesas o sotos fluviales, aunque también se encuentra en bosques de coníferas en menor medida.
En las Islas Canarias, las lechuzas comunes se refugian en grietas volcánicas y acantilados, lo que les proporciona una excelente protección natural. Además, son conocidas por nidificar en estructuras humanas, como desvanes, iglesias o huecos en tejados y paredes rocosas.
Este amplio abanico de hábitats le permite a la lechuza común adaptarse con facilidad a diferentes condiciones, desde ambientes rurales hasta zonas urbanas, lo que refuerza su capacidad de supervivencia a pesar de los cambios en su entorno.
Alimentación
La lechuza común (Tyto alba) es una cazadora especializada en la captura de pequeños roedores, como ratones y musarañas, que constituyen la mayor parte de su dieta. Sin embargo, también puede cazar pequeñas aves, insectos, y ocasionalmente anfibios y reptiles. Su método de caza se basa en la aguda capacidad de su disco facial, que funciona como una especie de parábola natural. Este disco amplifica y localiza los sonidos que emiten sus presas, lo que le permite detectar a sus víctimas incluso en la más absoluta oscuridad.
Su vuelo es casi totalmente silencioso, lo que le da una ventaja crucial al abalanzarse sobre sus presas sin ser detectada. Utiliza sus largos dedos para atrapar a sus víctimas con gran precisión. En términos de consumo, una lechuza adulta suele comer alrededor de tres ratones diarios. Cuando la pareja tiene crías, la cantidad de presas capturadas aumenta significativamente para alimentar a todos los miembros de la familia.
Tras la digestión, la lechuza regurgita egagrópilas (bolas de material no digerible) que contienen restos de huesos y pelo. Estas egagrópilas suelen medir entre 4-6 cm de largo y 2-2.5 cm de ancho, proporcionando una indicación de su dieta y la capacidad limitada de su sistema digestivo para procesar estos materiales.

Reproducción
La lechuza común tiene un comportamiento reproductivo bastante flexible, ya que puede criar en cualquier época del año, lo que depende principalmente de la disponibilidad de alimento y condiciones ambientales. Su lugar preferido para anidar son estructuras humanas, como campanarios, desvanes, graneros o ruinas, aunque también puede hacerlo en huecos de árboles en bosques abiertos cuando no tiene acceso a lugares construidos por el ser humano.
La hembra pone entre cuatro y siete huevos, que incubará exclusivamente durante unos 32 días. Durante este período, el macho se encarga de la caza y de llevar alimento a la hembra. Una vez nacen las crías, estas permanecen en el nido, donde son alimentadas por ambos padres. Las crías suelen comenzar a volar a los 50 días de vida, aunque a menudo siguen dependiendo de los padres durante un tiempo más largo. Es común que las crías permanezcan junto a sus padres hasta cumplir alrededor de tres meses de edad.

Amenazas y Conservación
A pesar de ser una especie adaptable, la lechuza común enfrenta varias amenazas que han afectado su población en algunas áreas, especialmente en su subespecie gracilirostris, que está clasificada como En Peligro (EN). Las principales amenazas incluyen:
- Destrucción de hábitats: La transformación de los hábitats naturales debido a la agricultura intensiva, cambio de uso de tierras y la concentración parcelaria, que reduce la cantidad de presas disponibles.
- Uso de plaguicidas: El empleo de productos químicos en la agricultura, que no solo reduce la población de presas, sino que también puede afectar directamente a la lechuza y otras especies.
- Pérdida de lugares de anidación: El abandono de edificaciones antiguas, como graneros, iglesias y desvanes, que son lugares esenciales para la nidificación.
- Caza ilegal y atropellos: La caza ilegal y los atropellos en carreteras también son factores que contribuyen a la disminución de su población.
- Competencia con el Cárabo Común: En el norte peninsular, la competencia con esta otra especie de lechuza afecta a las poblaciones locales de Tyto alba.
- Condiciones climáticas adversas: Las condiciones climáticas extremas en algunas áreas, especialmente en las campiñas atlánticas, complican la supervivencia de la especie.
Para hacer frente a estas amenazas, se han implementado iniciativas como el Proyecto NOCTUA, liderado por SEO/BirdLife. Este proyecto tiene como objetivo mejorar el conocimiento sobre la especie mediante censos anuales y el estudio de la evolución de sus poblaciones, con el fin de diseñar medidas de conservación más efectivas.

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Referencias
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