La lagartija colirroja, conocida científicamente como Acanthodactylus erythrurus, es una especie fascinante que habita principalmente en la Península Ibérica y el norte de África. Su nombre común hace referencia al característico color rojizo de su cola, especialmente visible en los machos durante la época de celo. Este reptil de tamaño medio se adapta a una variedad de hábitats en la región, aunque prefiere aquellos con suelos sueltos y temperaturas cálidas. En este artículo, profundizaremos en sus características físicas, su distribución y hábitats, ofreciendo una visión completa de esta especie enigmática.
Ficha técnica
Nombre Común | Lagartija Colirroja |
– Clase | Reptiles |
– Orden | Squamata |
– Familia | Lacertidae |
– Género | Acanthodactylus |
– Especie | A. erythrurus |
– Tamaño | Hasta 230 mm de longitud total |
– Longevidad | Estimada en torno a 2-3 años en su hábitat natural |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Características Físicas
La lagartija colirroja es un reptil de tamaño medio, que alcanza una longitud de hasta 80 mm desde la cabeza hasta el cuerpo, con una longitud total de 230 mm si se incluye la cola. Su cuerpo es robusto, lo que le da una apariencia compacta y resistente. Las patas son fuertes y los dedos largos, con uñas conspicuas que facilitan su locomoción en su entorno natural. Un rasgo distintivo de los machos durante la época de celo es la cola, que se ensancha en su base, destacando por su coloración rojiza.
En su cabeza, presenta dos grandes escamas supraoculares a cada lado, rodeadas por una serie de gránulos. Las supranasales están en contacto, mientras que en cada lado de la cabeza se encuentra una escama postnasal. Además, tiene cuatro escamas supralabiales que se ubican delante de la subocular, esta última con una quilla conspicua. Las escamas temporales son pequeñas y numerosas, pero carecen de quillas. Su escudo timpánico es pequeño, lo que puede pasar desapercibido a simple vista. Generalmente, la lagartija colirroja tiene entre cinco pares de submaxilares, con los tres primeros en contacto. Su collar es angulado y dentado, sin un pliegue gular visible, mientras que su cuello está cubierto por escamas granulares.
El diseño de su cuerpo incluye escamas dorsales pequeñas y lisas, dispuestas en entre 55 y 70 líneas transversales a lo largo de su cuerpo. Las escamas ventrales se organizan en 10 series longitudinales, siendo las exteriores más pequeñas. La cola, en particular, presenta escamas mayores y aquilladas, lo que le da una textura característica. Los adultos tienen un patrón dorsal con bandas longitudinales que varían en colores entre ocráceos, pardos o grises, separadas por líneas claras y con manchas oscuras. Los juveniles y las hembras en celo tienen una cola de color rojizo, lo que les da un aspecto aún más distintivo.
Un aspecto interesante de la lagartija colirroja es que presenta entre 20 y 29 poros femorales en sus muslos, y la composición de las secreciones femorales varía según la edad de los machos.

Hábitat y Distribución
La lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) es una especie que se distribuye principalmente por la Península Ibérica y el norte de África. En la Península, encontramos la subespecie típica, mientras que en Ceuta y Melilla habita la subespecie A. e. belli. Es importante destacar que esta especie no está presente en las Islas Baleares ni en Canarias, y se ha sugerido que las poblaciones en la Península podrían tener su origen en el norte de África.
Distribución Geográfica en España
En cuanto a su distribución geográfica en España, la lagartija colirroja se caracteriza por ser una especie termófila, lo que significa que prefiere ambientes cálidos. Su presencia se concentra principalmente en las costas y las depresiones interiores, donde los suelos son suaves y poco compactos. Aunque su distribución es bastante amplia, existen vacíos significativos en áreas como La Mancha y las depresiones del Guadiana y Guadalquivir, probablemente debido a la presencia de cultivos extensivos que no favorecen su hábitat natural o a una falta de prospección en esas zonas. En el norte, la especie llega hasta la margen izquierda del Ebro y sus afluentes pirenaicos en Huesca. La presencia más septentrional en la costa mediterránea estaba en l’Estartit (Girona), aunque esa población parece haberse extinguido en los últimos años.
Tipos de Hábitat
La lagartija colirroja se adapta principalmente a hábitats abiertos, donde predomina la topografía llana y los suelos sueltos. Su entorno favorito incluye arenales, margas y limos, que facilitan su locomoción. También se encuentra en áreas con vegetación natural, como matorrales o formaciones cespitosas, especialmente aquellas dominadas por esparto y albardín. Aunque prefiere zonas abiertas, puede habitar también en claros de bosques no muy cerrados, donde la densidad de vegetación no es tan alta.
La lagartija colirroja suele evitar los cultivos intensivos, pero puede encontrarse en áreas marginales, como caminos, carriles o ramblas en barbechos de secano. En algunas zonas, incluso asciende a altitudes considerables, como en Sierra Nevada, donde se han registrado poblaciones a unos 1.750 metros sobre el nivel del mar, siempre que los suelos sean sueltos y haya baja cobertura arbórea. Esto demuestra su gran capacidad de adaptación a diferentes tipos de hábitats, siempre que se cumplan sus necesidades ecológicas básicas.

Alimentación
Búsqueda del alimento
La lagartija colirroja no es tan activa en su búsqueda de alimento como otras especies mediterráneas. Su estrategia de caza combina tanto la búsqueda activa como el acecho, dependiendo de factores como la temperatura ambiental y la presencia de depredadores. Cuando las temperaturas superan los 40ºC, la especie prefiere adoptar una postura de acecho, minimizando su gasto energético y esperando a que su presa se acerque.
Dieta
La dieta de la lagartija colirroja está compuesta principalmente por insectos, arácnidos y otros artrópodos. La composición de su dieta varía según la región, la estación, el sexo y la edad de cada individuo. En particular, las hormigas representan una porción importante de su alimentación, llegando a ser más del 50% de su dieta. Aparte de las hormigas, consume también himenópteros, heterópteros, coleópteros y ortópteros.
En los meses de primavera y verano, además de su dieta animal, puede ingerir también algo de materia vegetal, como flores y hojas. En ocasiones, la especie también muestra comportamientos más inusuales, como el canibalismo o la depredación de juveniles de su propia especie o de otras especies cercanas.

Reproducción
La madurez sexual de la lagartija colirroja se alcanza alrededor del año y medio de edad. Durante la primavera, los machos desarrollan ocelos de color amarillo en su piel, mientras que las hembras presentan una cola rojiza al inicio de la temporada de apareamiento. Estos cambios físicos sirven como señales visuales para facilitar la reproducción.
Las cópulas de la especie ocurren entre marzo y julio, aunque este periodo puede variar dependiendo de la región en la que habiten. Las hembras, tras un periodo de gestación de unos 20 días, ponen sus huevos en huras excavadas en el suelo. La puesta generalmente tiene lugar entre junio y agosto, y en algunas regiones más cálidas, como el sur de la Península, es posible que se dé una segunda puesta.
Cada puesta contiene entre 1 y 8 huevos, dependiendo del tamaño de la hembra. Los huevos incuban bajo tierra hasta que los juveniles emergen, iniciando su ciclo de vida en los hábitats preferidos por la especie.

Amenazas y Conservación
Aunque la lagartija colirroja no está considerada una especie amenazada de manera general, enfrenta diversas amenazas que afectan su población fuera de las áreas protegidas. Muchas de las poblaciones de esta especie se encuentran en espacios naturales protegidos, como Doñana y Cabo de Gata, lo que garantiza su conservación en estas zonas. Sin embargo, fuera de estos lugares, sufre de varios problemas relacionados con la actividad humana y el cambio ambiental.
Las principales amenazas para la lagartija colirroja son:
- Transformaciones agrícolas, especialmente el cambio de tierras de secano a regadío, lo que fragmenta sus hábitats naturales.
- Urbanización descontrolada, particularmente en zonas costeras debido al auge del turismo, que afecta las áreas donde habita la especie.
- Repoblaciones forestales indiscriminadas, que dan lugar a bosques más densos, algo que la especie no tolera, ya que prefiere hábitats abiertos y poco vegetados.
De acuerdo con la UICN, la especie no está catalogada como amenazada a nivel mundial, y ambas subespecies (A. e. erythrurus y A. e. belli) están clasificadas como de «Preocupación Menor» (LC) en la lista roja. Para su conservación, es crucial mantener y proteger sus hábitats preferidos, como dunas y arenales costeros, que proporcionan las condiciones adecuadas para su supervivencia.

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Referencias
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