La ganga ibérica (Pterocles alchata) es una especie de ave esteparia que destaca por su singularidad y adaptaciones al medio árido y semiárido de la península Ibérica. Esta ave, perteneciente a la familia Pteroclidae, combina una elegante apariencia con un comportamiento discreto, lo que la convierte en un habitante enigmático de las llanuras pseudo-esteparias. Su capacidad para mimetizarse con el entorno y su vuelo rápido y directo la hacen difícil de detectar, aunque su presencia es esencial para la biodiversidad de los ecosistemas secos del sur de Europa.
Ficha técnica
Nombre Común | Ganga ibérica |
– Clase | Aves |
– Orden | Pterocliformes |
– Familia | Pteroclidae |
– Género | Pterocles |
– Especie | Pterocles alchata |
– Tamaño | Aproximadamente 30 cm |
– Envergadura | 54-56 cm |
– Peso | Entre 320 y 350 g |
– Longevidad | – |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Canto
Características Físicas
La ganga ibérica tiene un tamaño similar al de una paloma, con un cuerpo rechoncho y patas cortas. Su dorso terroso y su vientre blanco, junto con la coloración críptica de sus plumas, le permiten pasar desapercibida en su entorno natural. Las partes superiores presentan un tono pardusco, con manchas de colores diferentes según el sexo: los machos lucen motas amarillas, mientras que las hembras tienen un tono gris azulado.
Una de las características más llamativas es su cola larga y afilada, que contribuye a su aerodinámica en el vuelo. En el pecho, destaca una banda ancha de color castaño flanqueada por líneas negras, un rasgo distintivo de esta especie. Su pico corto y gris azulado, acompañado de un anillo orbital azul, aporta un toque único a su fisionomía facial.
Las alas largas y apuntadas permiten a la ganga ibérica realizar un vuelo rápido y eficiente, ideal para desplazarse entre fuentes de agua y áreas de alimentación. Los juveniles, más similares a las hembras, presentan colores más apagados y una cola más corta, además de una lista ocular blanquecina que facilita su identificación. La masa corporal varía ligeramente entre sexos, con los machos rondando los 350 gramos y las hembras aproximadamente 320 gramos.
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Hábitat y Distribución
La ganga ibérica es una especie adaptada a las llanuras abiertas y paisajes áridos, evitando siempre los matorrales densos, cultivos altos o terrenos abruptos. En la península Ibérica, se asienta preferentemente en zonas pseudo-esteparias, donde el paisaje agrícola extensivo le proporciona un hábitat adecuado.
Distribución Geográfica en España
La población de ganga ibérica se concentra en cinco núcleos principales:
- Andalucía occidental: Principalmente en el área de Doñana (Sevilla, Huelva y Cádiz) y en poblaciones residuales de otras localidades sevillanas.
- Valle del Ebro: Desde Lleida hasta Aragón, pasando por el sur de Navarra y el este de La Rioja.
- Castilla y León: Especialmente en La Armuña, abarcando Ávila, Salamanca y Valladolid, con una población residual entre Palencia y Burgos.
- Castilla-La Mancha y sureste de Madrid: Con ausencia en Guadalajara y poblaciones muy localizadas en Cuenca.
- Extremadura: En los Llanos de Cáceres, Brozas-Membrío (Cáceres) y La Serena (Badajoz).
Tipos de Hábitat
Esta ave se encuentra en llanuras desarboladas, prefiriendo ambientes áridos y semiáridos. Es común verla en cultivos extensivos de cereal de secano, barbechos, pastizales y eriales. Durante la temporada de cría, selecciona especialmente pastizales y barbechos anuales, evitando los cereales ya crecidos y las áreas de matorral, que no le proporcionan la visibilidad y seguridad necesarias.
Alimentación
La ganga ibérica basa su dieta casi exclusivamente en materia vegetal, destacando su preferencia por las semillas, aunque también consume brotes, hojas verdes y flores. Su habilidad para recoger las semillas directamente del suelo o arrancarlas de las plantas le permite adaptarse a una gran variedad de entornos secos. Esta alimentación principalmente granívora le proporciona los nutrientes necesarios para sobrevivir en hábitats áridos, donde la disponibilidad de alimento puede ser limitada.

Reproducción
La ganga ibérica es una especie monógama, aunque se desconoce si las parejas se mantienen juntas durante varias temporadas de cría. El cortejo incluye vuelos de persecución, en los que los machos demuestran su destreza en el vuelo para atraer a las hembras.
El nido se sitúa directamente en el suelo, donde la hembra suele poner tres huevos, que son incubados por ambos progenitores. Los pollos, de tipo nidífugo, abandonan el nido poco después de nacer, aunque permanecen junto a sus padres durante varios meses.
Los machos tienen un papel crucial en la supervivencia de los pollos, ya que son capaces de transportar agua en las plumas desde los bebederos hasta los jóvenes, una estrategia única entre las aves esteparias. La época de cría se extiende desde mayo hasta mediados de agosto, ofreciendo una amplia ventana temporal para la reproducción.
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Amenazas y Conservación
La ganga ibérica se encuentra catalogada como Vulnerable (VU) en España, mientras que a nivel global la UICN la considera de Preocupación Menor (LC). Sin embargo, en Europa, su estado de conservación es «Desfavorable», con una clasificación SPEC3 que resalta su vulnerabilidad.
Principales Amenazas
- Pérdida de hábitat: La transformación del paisaje debida al incremento de regadíos, la ampliación de olivares, la reforestación de tierras agrarias, así como el desarrollo de infraestructuras y proyectos urbanísticos, ha reducido drásticamente las zonas adecuadas para la ganga ibérica.
- Cambios en la agricultura: La roturación de eriales y pastizales semiáridos, la sustitución de barbechos tradicionales por cultivos intensivos, y el uso de herbicidas y semillas blindadas han disminuido la disponibilidad de plantas ruderales y arvenses, esenciales en su dieta.
- Depredación: Aunque es una amenaza local, no representa el principal peligro para la especie.
Medidas de Conservación
Para proteger a la ganga ibérica, se han implementado diversas iniciativas de conservación, aunque aún son insuficientes para garantizar su supervivencia a largo plazo:
- Programas agroambientales: Fomentar el mantenimiento de barbechos anuales, regular el uso de herbicidas y limitar la expansión de nuevos regadíos.
- Protección de hábitats: Crear una red de espacios protegidos con una extensión suficiente para mantener poblaciones viables.
- Investigación científica: Profundizar en el conocimiento sobre las poblaciones, sus tendencias y sus movimientos estacionales, especialmente durante el invierno.
A pesar de estos esfuerzos, los programas Life y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) no han logrado aún proporcionar la seguridad necesaria para esta especie icónica de las estepas ibéricas.ervación adecuadas que protejan sus hábitats naturales y regulen las prácticas de caza, además de fomentar un manejo sostenible de las poblaciones.
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Referencias
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