La Gallinula chloropus, conocida comúnmente como Gallineta Común, es una de las aves más características y fácilmente reconocibles en ambientes acuáticos. Esta especie, que habita en diversas zonas del mundo, se destaca por su adaptabilidad a diferentes hábitats y su peculiaridad física. Con un plumaje que varía en tonos de gris y negro y un escudo facial rojo, la Gallineta Común se convierte en un espectáculo visual en su entorno natural. Aunque es una especie común, su capacidad para adaptarse a diversas condiciones de agua y vegetación la hace un verdadero ejemplo de la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos.
Ficha técnica
Nombre Común | Gallineta Común |
– Clase | Aves |
– Orden | Gruiformes |
– Familia | Rallidae |
– Género | Gallinula |
– Especie | G. chloropus |
– Tamaño | 30-38 cm |
– Envergadura | 50-62 cm |
– Peso | 192-500 g |
– Longevidad | Aproximadamente 4-5 años en la naturaleza |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Canto
Características Físicas
La Gallinula chloropus es una especie de tamaño medio que no pasa desapercibida en su hábitat. Con una longitud corporal que varía entre 30 y 38 cm y una envergadura alar que alcanza de 50 a 62 cm, esta ave tiene una presencia notable en las zonas donde habita. Su peso fluctúa entre 190 y 500 g, dependiendo del individuo, lo que demuestra una ligera variabilidad dentro de la especie.
El plumaje de la Gallineta Común es de un tono gris oscuro, casi negro en su mayoría, aunque presenta un contraste interesante: la parte inferior de la cola es de un blanco brillante, y sus flancos están atravesados por franjas blancas que aportan un toque distintivo. La cabeza y el cuello son de un color más oscuro, lo que acentúa las características de su rostro. Su pico rojo, combinado con el escudo facial también de color rojo (que se torna amarillo en su punta), es una de las características más llamativas de esta especie. El escudo facial tiene una forma redondeada en la parte superior y los laterales rectos y paralelos, lo que permite diferenciarla de otras especies similares, como las gallinetas americanas.
Las patas de la Gallineta Común son de un amarillo verdoso, con manchas rojas en las rodillas, y sus dedos, extremadamente largos, están adaptados para moverse con facilidad sobre la vegetación acuática. Es importante resaltar que, a diferencia de otras especies de su familia, sus dedos carecen de los lóbulos o membranas interdigitales, lo que es una adaptación clave para su modo de vida en ambientes acuáticos. Los juveniles, por su parte, presentan un plumaje más apagado, en tonos parduzcos, y no cuentan con el característico escudo facial rojo.

Hábitat y Distribución
La Gallinula chloropus es una especie que ocupa una amplia gama de hábitats en todo el mundo. Se distribuye a lo largo de diversas zonas climáticas, desde las regiones boreales hasta las templadas cálidas, pero evita hábitats extremos como la tundra y los desiertos. Su área de distribución abarca el Paleártico occidental, desde Palestina y el sureste hasta el norte de China y Japón al este. Es una especie bastante común en el norte de África y en la región Macaronésica. En Europa, se encuentra en casi todo el continente, siendo especialmente abundante en las zonas templadas de Europa central. Sin embargo, su presencia disminuye en las regiones mediterráneas y es ausente en Islandia.
Distribución Geográfica en España
En el caso de España, la Gallinula chloropus tiene una distribución amplia. Se encuentra tanto en la Península Ibérica como en las Islas Baleares y Canarias, aunque no está presente en Ceuta ni Melilla. Su distribución es más escasa en las zonas más áridas o montañosas, siendo más común en las regiones llanas del norte y en áreas húmedas. Este tipo de hábitat favorece su presencia, ya que la Gallineta Común se adapta muy bien a ambientes con vegetación acuática densa. Además, en ciertas áreas, puede encontrarse desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altitud. En términos de población, es una especie con una distribución abundante y estable dentro del territorio español.
Tipos de Hábitat
La Gallinula chloropus es una especie altamente adaptable a distintos tipos de hábitats acuáticos. Prefiere áreas encharcadas y de vegetación densa, como las que se encuentran en los carrizales, las cañas y los juncos de las aguas quietas. Su presencia también es frecuente en ambientes acuáticos artificiales como depuradoras, canales y arrozales, lo que demuestra su capacidad para adaptarse a cambios creados por el ser humano. A pesar de que la especie es principalmente sedentaria en España, se observa un flujo migratorio de individuos que provienen de Europa central y del norte durante los meses más fríos, cruzando el Estrecho de Gibraltar hacia el norte de África y algunas áreas del subcontinente subsahariano.
Este hábitat flexible, tanto natural como artificial, le permite ocupar una amplia gama de ambientes acuáticos, lo que facilita su distribución y supervivencia en diversas condiciones.
Alimentación
La Gallinula chloropus, o Gallineta Común, es una especie con una dieta variada y adaptada a su entorno acuático. Su alimentación consiste principalmente en una mezcla de vegetales acuáticos y pequeños animales que habitan en su hábitat. Su dieta incluye una amplia gama de plantas acuáticas, como nenúfares, juncos y otras especies de vegetación flotante. Además, también consume pequeños invertebrados y otros animales acuáticos, que encuentra tanto en la superficie del agua como sumergiéndose parcialmente.
Es un ave que prefiere moverse alrededor del agua, caminando sobre la vegetación flotante o sumergiéndose parcialmente para buscar alimento. A pesar de su aparente desconfianza hacia los humanos, puede volverse sorprendentemente confiada en áreas donde no se siente amenazada, lo que le permite alimentarse de manera más eficiente en estos lugares. En general, la Gallineta Común aprovecha los recursos disponibles en su entorno de manera muy versátil, lo que le otorga una ventaja en la supervivencia.

Reproducción
La época de cría de la Gallinula chloropus tiene lugar entre marzo y mayo en las regiones templadas del hemisferio norte, coincidiendo con la llegada de la primavera. Durante este tiempo, las gallinetas se vuelven territoriales y suelen establecerse en áreas con vegetación densa cerca de cuerpos de agua. Los nidos se construyen generalmente en el suelo, ocultos entre los juncos y otras plantas acuáticas, lo que les proporciona una buena protección.
La puesta inicial suele constar de ocho huevos, aunque si la hembra realiza una segunda puesta, esta puede ser algo más reducida, con entre cuatro y ocho huevos. La incubación de los huevos dura aproximadamente tres semanas, durante las cuales ambos progenitores se encargan de incubar y alimentar a los polluelos. Los nidos, al ser muy bien ocultos, pueden ser reutilizados por otras hembras que buscan un lugar seguro para poner sus propios huevos.
Una vez nacidos, los polluelos dependen de los adultos para su alimentación y protección. En un periodo de 40 a 50 días, los polluelos alcanzan la independencia, momento en el cual ya son capaces de criar su propia nidada al siguiente año. Cuando se sienten amenazados, los polluelos pequeños tienen una notable habilidad para subirse a la espalda de los adultos, que los transportan volando a un lugar más seguro.

Amenazas y Conservación
A pesar de su notable capacidad para adaptarse a diferentes hábitats acuáticos, la Gallinula chloropus no está exenta de amenazas. Su habilidad para ocupar diversos nichos ha sido clave para su supervivencia, pero algunos factores siguen afectando a su población y bienestar. Entre las principales amenazas que enfrenta la Gallineta Común se incluyen:
- Degradación de zonas húmedas y ecosistemas ribereños, lo que reduce la disponibilidad de hábitats adecuados para la especie.
- Introducción de especies exóticas depredadoras, como el visón americano, que aumenta la presión sobre sus nidos y polluelos.
- Presión depredadora por parte de rapaces, como el Aguilucho Lagunero Occidental, especialmente en zonas agrícolas abiertas donde la Gallineta Común es más vulnerable.
- Contaminación de los hábitats acuáticos, que afecta tanto a su salud como a la de los recursos alimenticios de los que depende.
A pesar de estas amenazas, la especie sigue siendo bastante estable, debido a su gran plasticidad ecológica y capacidad para adaptarse a nuevos ambientes, especialmente los creados por el ser humano, como canales, arrozales y depuradoras. No obstante, es fundamental continuar con esfuerzos de conservación para proteger sus hábitats naturales y evitar que las amenazas mencionadas pongan en peligro su población en el futuro.

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