Majestuosa y fácilmente reconocible, la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) es un córvido de apariencia inconfundible que habita en diversas regiones de Europa, el norte de África y Asia. Su presencia en el paisaje montañoso y costero es un indicador de ecosistemas bien conservados. Aunque comparte hábitat con otras especies similares, su distintivo pico rojo curvado, su plumaje negro brillante y su comportamiento acrobático en el aire la diferencian de cualquier otra ave.
Ficha técnica
Nombre Común | Chova Piquirroja |
– Clase | Aves |
– Orden | Passeriformes |
– Familia | Corvidae |
– Género | Pyrrhocorax |
– Especie | Pyrrhocorax pyrrhocorax |
– Tamaño | 40 cm |
– Envergadura | 70-90 cm |
– Peso | 230-390 g |
– Longevidad | Hasta 10 años |
– Estado de conservación | Casi Amenazada (NT) |
Canto
Características Físicas
La chova piquirroja es un ave de tamaño mediano-grande, con un cuerpo esbelto cubierto de un plumaje completamente negro, que adquiere reflejos azulados, verdosos y púrpura bajo la luz. Su rasgo más llamativo es su pico rojo intenso, largo y curvado, junto con sus patas rojizas, elementos que la hacen fácilmente identificable.
Los machos son más grandes que las hembras, con diferencias notables en peso y tamaño. En promedio, un macho puede pesar alrededor de 360 gramos, mientras que las hembras rondan los 300 gramos. Además, presentan un pico más ancho y un tarso más largo, lo que refuerza su robustez en comparación con las hembras.
En áreas donde comparte hábitat con la chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus), especialmente en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, pueden surgir confusiones. Sin embargo, la chova piquirroja es más corpulenta, con alas más anchas y un pico más alargado y curvado. Su vuelo, caracterizado por maniobras acrobáticas y descensos pronunciados, acompañado de reclamos únicos, la distingue claramente.

Hábitat y Distribución
Distribución Geográfica en España
La chova piquirroja tiene una distribución amplia pero fragmentada, con presencia en diversas regiones de Europa y Asia. En España, la subespecie erythrorhamphus habita principalmente en los sistemas montañosos del norte, así como en el Sistema Central y el Sistema Bético. También se encuentran poblaciones en áreas costeras de Galicia, Asturias, Cantabria y Levante, aunque en menor número.
En el archipiélago canario, la especie está presente exclusivamente en La Palma, donde habita la subespecie barbarus. Sin embargo, no se registran poblaciones reproductoras en Baleares, Ceuta o Melilla.
Tipos de Hábitat
La chova piquirroja prefiere entornos de montaña y acantilados, donde nidifica en cuevas, grietas y cavidades rocosas. También se ha adaptado a anidar en construcciones antiguas como iglesias, castillos y edificios históricos, especialmente en zonas como el valle del Ebro y Segovia.
En cuanto a su alimentación y actividad diaria, frecuenta pastos de montaña, áreas de vegetación mediterránea baja y cultivos de secano, donde encuentra alimento con facilidad. En algunas regiones, como el sureste de Madrid, también aprovecha cortados fluviales, mientras que en lugares como la Hoya de Guadix, se le observa en ramblas y barrancos.
Su presencia en estos hábitats la convierte en un bioindicador clave de la salud ambiental de estas zonas, reflejando el equilibrio entre los ecosistemas naturales y las actividades humanas.
Alimentación
La chova piquirroja tiene una dieta omnívora, aunque con una clara preferencia por el consumo de invertebrados. Su alimentación se basa en una amplia variedad de presas, con un predominio de insectos subterráneos como grillos, larvas de coleópteros, lepidópteros y hormigas. También captura insectos de superficie, entre los que destacan saltamontes, abejas y escarabajos.
Además de su dieta basada en presas animales, complementa su alimentación con granos, semillas silvestres y frutos, incluyendo higos y moras. En algunas ocasiones, puede cazar pequeños reptiles, como la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) y el lagarto de Canarias (Gallotia galloti), lo que demuestra su capacidad de adaptación a los recursos disponibles en su entorno.
Esta flexibilidad en su alimentación le permite sobrevivir en una variedad de hábitats, desde zonas de alta montaña hasta entornos agrícolas, donde busca alimento en pastizales y cultivos de secano.

Reproducción
La chova piquirroja es un ave monógama, con vínculos de pareja que pueden durar hasta 15 años. Su ciclo reproductivo se desarrolla en cuevas, grietas rocosas y edificios históricos, aprovechando la protección que estos lugares ofrecen frente a depredadores y condiciones climáticas adversas.
Cada temporada, la hembra pone entre 3 y 6 huevos (en casos excepcionales, hasta 7), los cuales incuba en solitario durante un período de aproximadamente 20 días. Mientras la hembra permanece en el nido, el macho se encarga de traerle alimento.
Una vez que nacen los pollos, ambos progenitores participan activamente en su alimentación y cuidado, asegurando su desarrollo hasta que están listos para abandonar el nido, lo que ocurre entre los 30 y 40 días de vida.

Amenazas y Conservación
A pesar de su capacidad de adaptación, la chova piquirroja enfrenta múltiples amenazas que han reducido sus poblaciones en algunas regiones.
Principales amenazas
- Pérdida de hábitat debido a la intensificación agrícola y la desaparición de la ganadería extensiva, que reduce la disponibilidad de alimento.
- Fragmentación del hábitat, lo que pone en riesgo a las poblaciones más pequeñas al aislarlas y dificultar su viabilidad a largo plazo.
- Caza accidental, ya que algunos ejemplares son abatidos por error en descastes de otras aves.
- Impacto del turismo incontrolado, especialmente actividades como la escalada y la espeleología en zonas de cría, lo que interrumpe la reproducción.
- Contaminación agrícola, con pesticidas y otros productos químicos que afectan tanto a los invertebrados de los que se alimenta como a su capacidad reproductiva.
Medidas de conservación
Para garantizar la supervivencia de la especie, se han propuesto diversas estrategias de conservación, entre ellas:
- Fomentar prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales, que favorecen la disponibilidad de alimento.
- Proteger dormideros y zonas de nidificación, especialmente aquellos ubicados en edificios históricos y acantilados rocosos.
- Realizar censos poblacionales más detallados, especialmente en áreas donde su distribución es menos conocida, como los Pirineos, el Sistema Ibérico y el Sistema Central.
Implementar estas medidas puede ayudar a estabilizar las poblaciones de la chova piquirroja, asegurando su presencia en los ecosistemas donde juega un papel ecológico clave.

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Referencias
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