El águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) es una de las aves rapaces más emblemáticas del ecosistema mediterráneo. Su presencia domina los cielos de sierras y colinas, donde ejerce su papel de depredador tope. A pesar de su impresionante capacidad de caza y adaptación, su población ha sufrido un declive alarmante en las últimas décadas, situándola como una especie vulnerable en varias regiones. Su combinación de agilidad, fuerza y precisión la convierte en una de las águilas más fascinantes de la fauna ibérica.
Ficha técnica
Nombre Común | Águila Perdicera |
– Clase | Aves |
– Orden | Accipitriformes |
– Familia | Accipitridae |
– Género | Hieraaetus |
– Especie | H. fasciatus |
– Tamaño | 55-70 cm |
– Envergadura | 142-170 cm |
– Peso | 1,9-2,6 kg |
– Longevidad | Hasta 15 años |
– Estado de conservación | En Peligro (EN) |
Canto
Características Físicas
El Hieraaetus fasciatus es un águila de tamaño mediano, con una longitud aproximada de 55 a 67 cm y una envergadura que puede alcanzar hasta 175 cm. Como en muchas aves de presa, existe un marcado dimorfismo sexual, siendo los machos hasta un 25 % más pequeños que las hembras. En términos de peso, los machos rondan los 2 kg, mientras que las hembras pueden llegar a los 3 kg.
Su plumaje varía con la edad. Los adultos presentan un dorso de tonalidad marrón oscuro (a veces con reflejos pizarrosos) y un pecho blanco con motas pardas verticales. Las partes inferiores también son claras, con un contraste llamativo frente a las alas y la espalda. Los juveniles, en cambio, poseen un tono marrón más uniforme, aclarando progresivamente hasta alcanzar el aspecto definitivo en torno a los cuatro años.
Un rasgo distintivo del Hieraaetus fasciatus es el color amarillo intenso del iris y la cera del pico en los adultos, además de unas garras robustas y dedos proporcionalmente más grandes que otras águilas ibéricas. Esta adaptación le proporciona una gran efectividad a la hora de capturar presas.

Hábitat y Distribución
El Hieraaetus fasciatus tiene una distribución global indoafricana, aunque su mayor densidad se encuentra en la península ibérica y el norte de África. Su hábitat está estrechamente ligado a zonas de relieve accidentado, donde puede cazar con facilidad y anidar con seguridad. En España, se ha convertido en un símbolo de los paisajes mediterráneos, aunque también se encuentra en otras áreas con menor regularidad.
Distribución Geográfica en España
En territorio español, el núcleo principal de su población se concentra en las sierras mediterráneas, especialmente en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. También está presente en otras regiones como Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Navarra, La Rioja y Extremadura. En el noroeste peninsular, su presencia es mucho más escasa, con poblaciones relictas en Galicia y la cordillera Cantábrica.
Tipos de Hábitat
El águila perdicera muestra una preferencia clara por terrenos montañosos. Suele habitar en sierras, colinas y llanuras con cortados rocosos, donde encuentra lugares adecuados para la nidificación. Aunque la mayoría de los nidos se localizan en acantilados y riscos, también puede utilizar árboles o incluso torretas eléctricas cuando el entorno lo requiere.
Los ejemplares jóvenes tienden a dispersarse tras abandonar el nido, moviéndose hacia zonas con mayor disponibilidad de presas, como áreas con abundancia de conejos y perdices rojas. Este comportamiento es crucial para su supervivencia, ya que les permite encontrar alimento sin entrar en competencia directa con los adultos reproductores.
Alimentación
El Hieraaetus fasciatus es un depredador versátil, cuya dieta se adapta a la disponibilidad de presas en su entorno. Su alimentación está dominada por mamíferos y aves, con una clara preferencia por el conejo, la Perdiz Roja y las palomas, que representan más del 70 % de sus capturas en España.
A diferencia de otras rapaces de gran tamaño, el águila perdicera caza una mayor proporción de aves, incluyendo especies como los vencejos. En ocasiones excepcionales, también puede capturar pequeños carnívoros, como el zorro joven.
A pesar de su alta especialización como cazadora, el impacto del Hieraaetus fasciatus sobre las poblaciones de conejo y Perdiz Roja es muy reducido, ya que su presión depredadora no es suficiente para afectar el equilibrio de estas especies.

Reproducción
El ciclo reproductivo del águila perdicera en España comienza temprano, con las puestas iniciándose en enero en las zonas de menor altitud. La hembra deposita normalmente dos huevos, aunque en algunos casos puede haber entre uno y tres.
El éxito reproductivo varía según la temperatura media anual, lo que influye en la disponibilidad de alimento. En regiones más frías, como Burgos, la productividad puede ser de menos de un pollo por pareja, mientras que en zonas más cálidas, como Granada, se han registrado tasas superiores a un pollo por pareja reproductora.
Los pollos permanecen en el nido durante unos dos meses, siendo alimentados en su mayoría por la hembra, mientras el macho se encarga de cazar. Tras 60-67 días, los jóvenes comienzan a realizar sus primeros vuelos, aunque seguirán dependiendo de los adultos durante varias semanas antes de independizarse completamente.

Amenazas y Conservación
El Hieraaetus fasciatus se encuentra en un estado de conservación preocupante, clasificado como En Peligro (EN) en España. Su población ha sufrido un declive significativo debido a diversas amenazas, muchas de ellas derivadas de la actividad humana.
Principales amenazas:
- Persecución directa: Caza ilegal mediante disparos, trampas y venenos, especialmente en zonas donde se percibe como una amenaza para la caza menor.
- Electrocución y colisión con tendidos eléctricos, una de las principales causas de mortalidad en águilas jóvenes y adultas.
- Enfermedades, como la tricomoniasis, transmitida por el consumo de palomas infectadas.
- Reducción de presas debido a cambios en el hábitat, como la reforestación no controlada, que disminuye la disponibilidad de conejos y Perdiz Roja.
Medidas de conservación:
Para frenar el declive de la especie, se han propuesto diversas acciones de conservación que buscan mejorar su hábitat y reducir los riesgos asociados a la actividad humana:
- Regulación de la colombicultura deportiva, minimizando la transmisión de enfermedades desde palomas domésticas a las águilas.
- Legislación sobre tendidos eléctricos, promoviendo su adaptación para evitar electrocuciones.
- Protección de territorios clave, asegurando la conservación de zonas de nidificación, alimentación y dispersión.
- Planes de gestión sostenible a nivel regional e internacional, con enfoques coordinados para la preservación del hábitat del Hieraaetus fasciatus.
A pesar de los desafíos, el águila perdicera sigue siendo un símbolo de los ecosistemas mediterráneos, y su conservación es fundamental para mantener el equilibrio de estas regiones.

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Referencias
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