Ficha técnica
Nombre Común | Almendro |
– División | Angiospermas |
– Orden | Rosales |
– Familia | Rosaceae |
– Género | Prunus |
– Especie | Prunus dulcis |
– Altura | 3–4,5 metros |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Descripción
El almendro (Prunus dulcis) es un árbol caducifolio que generalmente crece entre 3 y 4,5 metros de altura, aunque algunas variedades pueden superar los 5 metros. Su tronco, con un diámetro que puede alcanzar hasta los 30 centímetros, es robusto y soporta una estructura que permite el crecimiento de sus ramas. Las ramas jóvenes tienen un color verde, que gradualmente se vuelve morado cuando se exponen al sol, y después se tornan grises en su segundo año de vida.

Características
Las hojas del almendro tienen una longitud que varía entre 8 y 13 cm, con un margen serrado que las hace fácilmente reconocibles. Además, poseen un pecíolo de aproximadamente 2,5 cm. La textura de las hojas es de un verde brillante, lo que las hace atractivas, especialmente cuando aparecen a principios de la primavera, tras la caída de las hojas invernales. Las flores, una de las características más distintivas de esta especie, son fragantes y presentan un color que va del blanco al rosa pálido. Cada flor mide entre 3 y 5 cm de diámetro y se presenta en solitario o en pareja, siempre antes de que broten las hojas.
Hojas
Las hojas del Prunus dulcis son simples y lanceoladas, con un borde dentado que les da un aspecto ligeramente rugoso. Estas hojas juegan un papel esencial en el proceso de fotosíntesis y en la nutrición de la planta durante la temporada de crecimiento, que comienza en la primavera.
Flores
Las flores del almendro, con su delicada fragancia, son una de las primeras señales de la llegada de la primavera en los huertos y campos donde crece. Estas flores se agrupan de manera dispuesta y, aunque no producen frutos inmediatamente, son esenciales para la posterior formación de la almendra. Además, el almendro es conocido por su temprana floración, que ocurre antes que el brote de las hojas.
Fruto y semilla
El fruto del almendro no es un nuez en sentido estricto, sino una drupa. Este fruto tiene una longitud que oscila entre 3,5 y 6 cm y está compuesto por varias capas. La capa exterior, conocida como hull, es una envoltura gruesa y leñosa, de color gris verdoso, que contiene el endocarpio o «pyrena». Este «pyrena» es la parte que comúnmente se conoce como el «hueso» de la almendra, que, al ser quebrado, revela la semilla comestible que, en realidad, es el verdadero almendra. A menudo, dentro del fruto se encuentra una única semilla, aunque en algunas ocasiones pueden encontrarse dos. Cuando el fruto madura, la hull se abre de forma natural y el fruto se separa de la planta, permitiendo que caiga al suelo, donde es recolectado.

Hábitat
El almendro prospera en climas mediterráneos caracterizados por veranos calurosos y secos, y días suaves durante el invierno. Este clima es ideal para el desarrollo de sus flores y frutos. Es especialmente sensible al frío excesivo, ya que para que sus yemas se activen correctamente, el árbol necesita experimentar entre 200 y 700 horas de temperaturas por debajo de los 7,2 °C (45 °F). Por ello, se encuentra principalmente en áreas de baja altitud, en zonas donde los inviernos son moderadamente frescos pero no extremos. Además, requiere suelos bien drenados, con una ligera acidez para lograr su mejor desarrollo. Su adaptación a zonas áridas y semiáridas también hace que sea común en áreas cercanas a los bordes del desierto, como algunas regiones de España, California y el Medio Oriente.

Distribución
El origen del almendro (Prunus dulcis) es objeto de debate, ya que se estima que podría haber surgido en varias regiones de Asia Central, como Irán, Turkmenistán y Afganistán, o incluso en áreas más al este, entre Mongolia y Uzbekistán. A través de evidencia botánica y arqueológica, se ha sugerido que el centro de origen del almendro podría estar en la región del Levant (actualmente zonas de Siria, Líbano e Israel), o en Irán y Anatolia, en lo que hoy es Turquía. A lo largo de los siglos, la domesticación del Prunus dulcis permitió que su cultivo se extendiera por la región mediterránea, desde España hasta Norte de África y partes del sur de Europa.
En la actualidad, la especie se cultiva ampliamente en todo el mundo, con especial énfasis en California, que se ha convertido en el principal productor mundial de almendras. España, con su clima mediterráneo, también es uno de los mayores productores, destacando las variedades Marcona, Largueta y Planeta. En el pasado, se introdujo en la Península Ibérica por los fenicios y romanos, quienes lo cultivaron en las zonas costeras y lo difundieron hacia el interior del país.
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