Ficha técnica
Nombre Común | Arraclán |
– División | Angiospermas |
– Orden | Rosales |
– Familia | Rhamnaceae |
– Género | Frangula |
– Especie | Frangula alnus |
– Altura | Hasta 10 m |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Descripción
Frangula alnus es un arbusto elevado o arbolillo caducifolio que puede alcanzar hasta 10 metros de altura, aunque comúnmente se presenta en tamaños más modestos. Su tronco y ramas muestran una corteza lisa, de tonalidades entre rojizas y castañas, salpicada por lenticelas amarillentas bien visibles, que facilitan el intercambio gaseoso. Al desprenderse, la corteza revela una capa interna intensamente olorosa, una característica distintiva de esta especie, con una médula blanca circunscrita por un anillo amarillento.
Las ramas son erguidas y carecen de espinas, lo que lo diferencia de otras especies del mismo género. Las yemas son desnudas y permiten ver claramente las hojas en formación, protegidas por una densa pubescencia.

Características
Este taxón se caracteriza por su aspecto robusto pero elegante, con una arquitectura no espinosa y un crecimiento vertical. Se adapta a diferentes condiciones dentro de los ecosistemas húmedos, mostrando una versatilidad ecológica notable. Sus estructuras reproductivas aparecen sincrónicamente con el follaje, permitiendo una rápida polinización tras la brotación.
Hojas
Las hojas de Frangula alnus son caducas, aunque ciertos ejemplares en regiones meridionales pueden mostrar un comportamiento bienal. Se disponen de forma alterna a lo largo de las ramas y presentan un color verde intenso. Su forma varía de estrechamente ovada a obovada, con márgenes lisos y un tacto generalmente lampiño, aunque a veces se observan pelos dispersos en el envés.
El pecíolo es visible, y desde él emergen hojas con nervios secundarios paralelos, bien marcados en el reverso, que terminan curvándose suavemente hacia el margen. Las estípulas son triangulares y caducas, desapareciendo rápidamente tras el desarrollo foliar.
Flores
Las flores se agrupan en racimos axilares de entre 4 y 10 unidades, situados en la base de las hojas jóvenes. Son hermafroditas, de color amarillento o verdoso, con una disposición pentámera. Poseen un hipanto en forma de copa, que es peloso por fuera, albergando un ovario libre en su base.
Los sépalos, de color verdoso, son más largos que los pétalos, que tienden a ser blanquecinos. Estas flores discretas, aunque poco llamativas, son fundamentales en la reproducción de la especie y en su papel dentro de los ecosistemas riparios.
Fruto y semilla
El fruto de Frangula alnus es una drupa carnosa, de forma esférica o casi, con menos de 8 milímetros de diámetro. Se presenta lisa y lampiña, sostenida por un pedicelo fino, y atraviesa un notable cambio cromático durante su desarrollo: verde en etapas tempranas, rojo en la maduración intermedia y finalmente negro al alcanzar la plena madurez, momento en que se desprende con facilidad.
En su interior alberga 2 o 3 huesecillos blanquecinos, dispuestos de forma regular. Estos frutos son consumidos por diversas especies de aves, facilitando así su dispersión zoocora.

Hábitat
Frangula alnus prospera en ambientes húmedos y suelos silíceos, mostrando una clara preferencia por sustratos ácidos o neutros. Se encuentra de forma natural en bosques de ribera, orlas forestales y claros de bosques húmedos, donde recibe suficiente luz para un desarrollo saludable sin estar expuesto a condiciones extremas.
Esta especie forma parte de ecosistemas riparios en zonas templadas, donde actúa como indicador de humedad edáfica. Su presencia es habitual en terrenos donde el agua está disponible durante la mayor parte del año, pero no necesariamente encharcados.

Distribución
Originaria de Europa, Asia occidental y el norte de África, Frangula alnus se ha naturalizado en América del Norte, donde en algunos lugares se comporta como especie invasora. En el ámbito europeo, es una planta ampliamente distribuida, especialmente común en regiones húmedas y templadas.
En la Península Ibérica, su presencia es significativa en la mitad norte, donde aparece de forma frecuente en bosques de ribera. Hacia el sur, su distribución queda restringida a zonas montañosas como el Sistema Ibérico, el Sistema Central, los Montes de Toledo, Sierra Morena y la sierra de Cazorla. También se localiza en puntos concretos del litoral atlántico andaluz, como Cádiz y Huelva.
Esta amplitud geográfica refleja su adaptabilidad ecológica, aunque siempre bajo la condición de una alta humedad edáfica y suelos relativamente no calcáreos.

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