Ficha técnica
Nombre Común | Brezo Arbóreo |
– División | Angiospermas |
– Orden | Ericales |
– Familia | Ericaceae |
– Género | Erica |
– Especie | Erica arborea |
– Altura | Hasta 2 (7) metros |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Descripción
De silueta elegante y crecimiento denso, Erica arborea es una especie leñosa que se presenta comúnmente como un arbusto muy ramificado y de porte erguido, alcanzando alturas que oscilan entre los 50 centímetros y los 2 metros. Sin embargo, en ciertas regiones como Andalucía occidental, puede desarrollarse como un pequeño árbol que supera los 7 metros de altura, una excepción notable dentro de su género.
Su estructura está compuesta por ramillas finas, de tono blanquecino y cubiertas de una leve pilosidad, lo que le confiere una textura suave al tacto. Esta característica, junto a su capacidad de adaptarse tanto a condiciones de matorral como de bosque claro, le permite prosperar en distintos paisajes dentro de su área de distribución.

Características
Las hojas de E. arborea se disponen en verticilos de uno o dos ejemplares, lo que le da al follaje una apariencia densa y uniforme. Son muy estrechas, con una forma lineal y casi acicular, sin pelos, lo que las hace lampiñas al tacto. Su longitud rara vez supera los 3 mm, situándose entre 1 y 3 mm, lo que resulta funcional en ambientes con exposición solar intensa o condiciones secas.
Hojas
El follaje de esta especie se adapta perfectamente a ambientes que requieren eficiencia en la transpiración. Su forma estrecha y rígida, similar a una aguja, reduce al mínimo la pérdida de agua y resiste bien los vientos constantes. El hecho de que sean lampiñas facilita además la fotosíntesis en condiciones de luz abundante, sin necesidad de estructuras protectoras adicionales.
Flores
Una de las características más llamativas de Erica arborea es su floración abundante y prolongada, que se extiende desde finales del invierno hasta bien entrado el verano (de febrero o marzo hasta julio o agosto, dependiendo de la altitud y la latitud). Las flores se agrupan en pequeñas inflorescencias umbelares, con dos o tres flores que brotan desde la axila de las ramas. El color blanco o rosado tenue de sus pétalos, junto con su disposición colgante, otorga un carácter ornamental natural.
Cada flor es largamente pedicelada, con brácteas diminutas en su base. La corola es acampanada, abierta en cuatro o cinco lóbulos anchos, y contiene ocho estambres en su interior. Esta morfología, además de atraer a polinizadores específicos, ayuda a proteger el polen en condiciones meteorológicas variables.
Fruto y semilla
El fruto de Erica arborea es una cápsula seca, lampiña, que se abre mediante cuatro valvas una vez que ha madurado, liberando así las semillas. Esta estrategia de dispersión es común en ambientes con cierta estacionalidad, ya que permite a la planta asegurar la regeneración en momentos más favorables del año. Aunque discreta en apariencia, la cápsula encierra una estructura eficaz para la reproducción y la expansión de la especie.

Hábitat
Erica arborea se establece preferentemente en matorrales frescos, zonas sombrías y bosques aclarados, donde la humedad y la protección parcial frente al sol directo crean un entorno propicio para su desarrollo. Se adapta mejor a suelos pobres en cal, como los que se forman sobre granitos, cuarcitas o areniscas, y tiene una marcada predilección por lugares con cierto grado de humedad constante.
Suele aparecer en vaguadas, torrenteras, laderas con buena infiltración y barrancos, siempre que el sustrato conserve algo de frescura. En cuanto a altitud, puede encontrarse desde casi el nivel del mar hasta cotas que rondan los 1300 a 1600 metros sobre el nivel del mar, lo que habla de su notable plasticidad ecológica.

Distribución
La presencia de Erica arborea abarca una amplia franja del ámbito mediterráneo, incluyendo Europa occidental y zonas de África oriental. Dentro del territorio español, se encuentra bien representada en las Islas Baleares, especialmente en Mallorca, Menorca y Cabrera.
En África, su distribución se extiende hacia las regiones centrales del continente, aunque su aspecto varía según el clima local. En Europa, pese a su nombre y potencial de desarrollo, rara vez alcanza un porte verdaderamente arbóreo, manteniéndose en la mayoría de casos en forma de arbusto más o menos desarrollado.
La versatilidad de esta especie en términos ecológicos y geográficos le ha permitido ocupar un rango extremadamente amplio, aunque su morfología y tamaño pueden variar significativamente dependiendo del entorno en el que se establece.

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