El turón (Mustela putorius) es un mustélido que, a pesar de su tamaño intermedio entre la marta y el armiño, destaca por su esbelto y alargado cuerpo, lo que le confiere una agilidad especial para desplazarse por los diferentes hábitats que habita. Este animal es conocido por su carácter semiacuático y su adaptabilidad a diversos entornos, desde bosques hasta zonas cultivadas. Sin embargo, su presencia en la naturaleza está cada vez más limitada debido a factores como la alteración de sus hábitats y la caza. A pesar de estos desafíos, el turón sigue siendo una especie fascinante que juega un rol importante en los ecosistemas donde se encuentra.
Ficha técnica
Nombre Común | Turón |
– Clase | Mammalia (Mamíferos) |
– Orden | Carnivora |
– Familia | Mustelidae |
– Género | Mustela |
– Especie | Mustela putorius |
– Tamaño | 30-42 cm |
– Peso | 500-1.300 g |
– Longevidad | Unos 5-7 años |
– Estado de conservación | Casi Amenazada (NT) |
Características Físicas
El turón tiene un cuerpo esbelto y alargado, lo que le permite moverse con rapidez y agilidad, adaptándose a una variedad de entornos. Su tamaño varía dependiendo del sexo, siendo los machos considerablemente más grandes que las hembras. En promedio, los machos miden entre 38 y 42 cm de longitud corporal, con una cola de alrededor de 15 cm, y un peso que oscila entre 800 y 1,300 g. En las hembras, estos valores se reducen en un 60-90%, alcanzando longitudes corporales de entre 30 y 38 cm y un peso de 500 a 800 g.
La coloración del pelaje del turón es generalmente tostada oscura, con una ligera aclaración en los flancos. Su característica más distintiva es el antifaz blanco que rodea su hocico, abarcando también las áreas de las orejas y los ojos. Este patrón facial le otorga una apariencia singular que lo diferencia de otras especies de mustélidos. Aunque el dimorfismo sexual es notable en cuanto al tamaño, no alcanza los extremos que se observan en otras especies como la comadreja (Mustela nivalis) o el armiño (Mustela erminea).

Hábitat y Distribución
El turón es una especie de amplia distribución, encontrándose a lo largo de toda Europa. Sin embargo, su presencia es más limitada en ciertas regiones, como en la Península Balcánica, donde está ausente, y en las islas del Mediterráneo, donde, a diferencia de otras especies como las martas o los tejones, no se le encuentra. En el norte, su presencia alcanza hasta el sur de Escandinavia y es relativamente rara en las Islas Británicas.
En la Península Ibérica, el turón se distribuye por toda su geografía, aunque su densidad varía según la región. Es especialmente escaso en las mesetas centrales y la zona oriental. Dentro de la Península, se reconocen dos subespecies del turón. La subespecie M. p. putorius habita principalmente en el norte, mientras que M. p. aureolus se encuentra en el centro y sur. La subespecie del sur se caracteriza por un tamaño mayor y un pelaje más claro. Sin embargo, estudios recientes sugieren que ambas subespecies podrían ser variantes de una misma, ya que no existen diferencias genéticas significativas entre ellas.
Distribución Geográfica en España
En cuanto a su distribución en España, el turón está presente en la mayoría de las regiones, pero es más común en zonas montañosas y forestales. Prefiere los hábitats con vegetación densa, como los pinares de la Comunidad Valenciana, donde se siente cómodo en áreas cubiertas por abundante sotobosque. En otras partes de la Península, como en las mesetas y zonas más humanizadas, el turón se encuentra con menos frecuencia debido a la alteración de su hábitat natural.
Tipos de Hábitat
El turón es una especie generalista en cuanto a su hábitat. Esto significa que puede adaptarse a diversos ambientes, desde bosques caducifolios y bosques de coníferas hasta matorrales y zonas cultivadas. Sin embargo, su preferencia parece ser por los mosaicos de áreas abiertas intercalados con bosquetes de árboles. Este tipo de hábitat le proporciona suficientes recursos alimenticios y lugares donde refugiarse de los depredadores. Además, se le atribuye un carácter semiacuático, ya que frecuentemente habita cerca de cursos de agua como lagunas o riachuelos, aunque no se ha confirmado si esta es una preferencia generalizada en todas las poblaciones.
En términos de altitud, el turón prefiere hábitats que no superen los 1,600 m sobre el nivel del mar, aunque en zonas más altas es menos común. Evita áreas de matorral extenso, especialmente aquellas que han sido quemadas repetidamente, así como las zonas bajas de alta actividad humana.
Este conjunto de características hace del turón una especie adaptable, capaz de sobrevivir en una variedad de entornos siempre que se cumplan sus necesidades básicas de alimentación y refugio.
Alimentación
El turón (Mustela putorius) es un animal con una dieta carnívora y generalista, lo que le permite adaptarse a una variedad de fuentes alimenticias. A pesar de ser capaz de consumir una amplia gama de presas, su alimentación se centra principalmente en micromamíferos como ratones, topillos y otros pequeños mamíferos, así como anfibios. En ciertas zonas de la Península Ibérica, especialmente en el sur, se observa que el turón ha comenzado a especializarse en la caza de conejo (Oryctolagus cuniculus), convirtiéndolo en una de sus presas clave en aquellas áreas donde la población de conejos es abundante.
Este cambio en sus hábitos alimenticios se debe a la disponibilidad de presas en su entorno. El conejo, al ser una presa de gran tamaño y fácil captura en ciertas regiones, se ha convertido en una fuente importante de alimento. Sin embargo, su dieta puede variar según el entorno en el que se encuentre, adaptándose a lo que la naturaleza ofrece en cada lugar. La capacidad del turón para modificar su dieta según las circunstancias le da una ventaja evolutiva, permitiéndole sobrevivir en diferentes hábitats.

Reproducción
La reproducción del turón tiene lugar durante la primavera, entre los meses de marzo y mayo, cuando los machos se emparejan con varias hembras. La gestación de la hembra dura entre 40 y 42 días, dando lugar al nacimiento de tres a seis crías en promedio. Las crías nacen altriciales, es decir, completamente dependientes de la madre, sin pelaje y con los ojos cerrados. Durante las primeras semanas de vida, las crías son alimentadas exclusivamente con la leche materna.
A los tres meses, las crías empiezan a independizarse, aunque no alcanzan la madurez sexual hasta alrededor del año de edad. Este retraso en la reproducción es una característica común en muchas especies de mustélidos, lo que significa que el turón tiene un ciclo de vida relativamente largo en comparación con otras especies de su tamaño.

Amenazas y Conservación
El turón se enfrenta a una serie de amenazas que ponen en peligro su supervivencia, tanto a nivel global como en la Península Ibérica. Entre las principales amenazas se encuentran:
- Declive del conejo: El conejo, que es una de las principales presas del turón, ha sufrido un drástico descenso en sus poblaciones debido a enfermedades como la myxomatosis y la hemorrágica. Este descenso afecta directamente a la disponibilidad de alimento para el turón.
- Hibridación con el hurón: La presencia de hurones asilvestrados en las zonas rurales ha dado lugar a posibles hibridaciones con el turón. Este cruce puede poner en peligro la integridad genética del turón y afectaría su capacidad de adaptación al medio.
- Uso de pesticidas y rodenticidas: El uso de pesticidas y rodenticidas en áreas agrícolas y rurales puede causar intoxicaciones en el turón, afectando tanto a sus presas como a él mismo.
- Persecución directa y métodos de control de depredadores: La caza del turón, especialmente en áreas de caza menor, y el uso de venenos o trampas para controlar a los depredadores, contribuyen al declive de la especie.
- Destrucción del hábitat: La urbanización y el desarrollo de infraestructuras en áreas rurales reducen los hábitats adecuados para el turón, especialmente aquellos con vegetación ribereña o zonas de bosques donde puede encontrar refugio.
- Atropellos: El turón es una de las especies más atropelladas en las carreteras españolas, lo que agrava aún más su declive poblacional.
Medidas de Conservación
Para mejorar la situación del turón y prevenir su extinción, es crucial implementar diversas medidas de conservación:
- Recuperación de las poblaciones de conejo: Proteger al conejo y promover su aumento es esencial para asegurar una fuente constante de alimento para el turón.
- Conservación del hábitat: Es necesario llevar a cabo políticas de conservación del hábitat, promoviendo la protección de áreas naturales y evitando la expansión urbana en zonas clave para el turón.
- Creación de pasos para fauna en carreteras: La instalación de pasos subterráneos o puentes para fauna en las carreteras puede reducir los atropellos de turones y otros animales.
- Fomento de sistemas agrícolas no intensivos: Promover una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, con menor uso de pesticidas, contribuirá a la conservación de la fauna local, incluido el turón.
- Prohibición de la caza con hurón: En las zonas donde se encuentra el turón, es fundamental prohibir la caza con hurón para evitar la hibridación y proteger las poblaciones de turones.
- Control de métodos ilegales de captura y muerte de depredadores: Combatir el uso de venenos y trampas ilegales es esencial para evitar la caza indiscriminada del turón.
A pesar de las dificultades que enfrenta, el turón no está aún en peligro crítico de extinción, pero su situación sigue siendo vulnerable. En 2006, fue catalogado en España como NT (Casi Amenazada) y a nivel mundial figura en la categoría LR/lc de la UICN (baja preocupación). No obstante, con un adecuado programa de conservación y un mayor conocimiento sobre sus poblaciones, es posible que el turón logre estabilizar su situación y asegurar su presencia en los ecosistemas en los que habita.

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