El Pelodytes punctatus, conocido comúnmente como el Sapillo Moteado Septentrional, es una especie de anfibio fascinante que se distribuye principalmente en el sur de Europa. Su característica más notable es su coloración moteada, que le proporciona un excelente camuflaje en su hábitat natural. Esta especie pertenece al orden de los anuros, es decir, a los sapos y ranas, y tiene una serie de particularidades tanto en su morfología como en sus preferencias ecológicas que la hacen única entre sus congéneres. Aunque no es una de las especies más conocidas, el sapillo moteado septentrional juega un papel crucial en los ecosistemas acuáticos que habita, y su estudio ha ganado relevancia debido a los esfuerzos de conservación en algunas de las regiones donde se encuentra.
Ficha técnica
Nombre Común | Sapillo Moteado Septentrional |
– Clase | Amphibia (Anfibios) |
– Orden | Anura |
– Familia | Pelodytidae |
– Género | Pelodytes |
– Especie | P. punctatus |
– Tamaño | 4-5 cm |
– Longevidad | Unos 8-10 años |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Características Físicas
El Pelodytes punctatus es un anfibio de cuerpo grácil y alargado, con una morfología que le permite moverse con agilidad en su entorno. Uno de sus rasgos distintivos es su hocico alargado y sus ojos relativamente grandes, con una pupila vertical característica de los anuros. Su iris presenta una coloración peculiar, con los dos tercios inferiores más oscuros que la parte superior, lo que le da un aspecto distintivo. A diferencia de otros sapos, carece de glándulas parótidas y su membrana timpánica es apenas visible, lo que lo diferencia de otras especies de su familia.
En cuanto a su tamaño, el Pelodytes punctatus es una especie relativamente pequeña. Los machos suelen ser más pequeños que las hembras, con un tamaño máximo registrado de alrededor de 42 mm en los machos y 51 mm en las hembras. Durante la época reproductiva, los machos presentan callosidades nupciales en las extremidades anteriores, los muslos y la zona ventral, lo que facilita el proceso de acoplamiento. Las extremidades son largas, con dedos alargados y poco palmeados que terminan en un único tubérculo metatarsiano en la base del primer dedo, adaptaciones que le permiten desplazarse con facilidad en su entorno acuático. La coloración de su cuerpo varía dependiendo de su ubicación, pero generalmente presenta un moteado verde en el dorso, la cabeza y las extremidades, mientras que su vientre es más claro, con un moteado oscuro irregular que le ayuda a camuflarse en su entorno natural.

Hábitat y Distribución
El Pelodytes punctatus es una especie característica de la región occidental europea. Su presencia se extiende principalmente por Francia, norte de Italia, y la Península Ibérica. Aunque en el pasado se había registrado en países como Bélgica y Luxemburgo, estudios recientes han descartado que exista una población natural en estos lugares. La distribución de la especie en la Península Ibérica se ha visto modificada por el descubrimiento de una nueva especie, el Pelodytes ibericus, lo que ha generado cierta confusión y dificultades a la hora de identificar con precisión las poblaciones que coexisten en ciertas áreas de superposición.
Distribución Geográfica en España
En España, el Pelodytes punctatus tiene una distribución relativamente amplia, aunque no homogénea. Se encuentra en diversas comunidades autónomas, incluyendo Castilla y León, Álava, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña, Madrid (especialmente en el sureste), Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia. En particular, se distribuye por el extremo oriental de Andalucía, donde podría entrar en contacto con el Pelodytes ibericus, otra especie similar. Además, se ha considerado la posibilidad de que el sapillo moteado septentrional esté presente en zonas del norte y centro de Badajoz, aunque no hay certeza absoluta de su localización exacta en esas áreas. En algunas regiones de Extremadura, la coexistencia de ambas especies ha sido un tema de debate, ya que los hábitats de ambos pueden solaparse.
Tipos de Hábitat
El Pelodytes punctatus muestra una gran adaptabilidad a diferentes tipos de hábitats acuáticos. Su rango de altitud varía considerablemente, ya que puede encontrarse desde el nivel del mar hasta altitudes de 1.000 a 1.300 metros en lugares como Aragón, Murcia y Castilla-La Mancha, y en algunas zonas de las sierras nororientales de Andalucía, incluso puede superar los 2.000 metros. La especie prefiere áreas abiertas y bien expuestas, y se encuentra principalmente en charcas estacionales, cunetas, zonas remansadas, marjales, orillas de embalses y aguas artificiales como estanques o piscinas. A diferencia de otros anfibios, el Pelodytes punctatus tiene la capacidad de tolerar ambientes con alta salinidad, lo que le permite sobrevivir en entornos que otras especies rechazarían. Sin embargo, evita los suelos silíceos o ácidos, prefiriendo aquellos con sustratos calizos o salinos, aunque se han dado algunas excepciones, como en los Montes de Toledo.

Alimentación
El Pelodytes punctatus es un depredador activo que se alimenta principalmente de insectos. Su dieta de adultos está compuesta por una amplia variedad de presas, siendo los coleópteros los más abundantes, representando aproximadamente un 35% de su alimentación. Además, consume lepidópteros (17%), hemípteros (12%) y dermápteros (12%), y en menor medida arácnidos (4%). Este anfibio caza activamente y es capaz de detectar a sus presas visualmente, lo que le permite capturar una gran cantidad de insectos en su entorno.
Durante su etapa larval, el Pelodytes punctatus adopta una dieta diferente, compuesta principalmente por detritos y clorofitos, similar a la de otras especies cercanas como el Pelodytes ibericus. Las larvas también pueden mostrar comportamientos depredadores, llegando incluso a consumir embriones de otros anuros, lo que puede afectar negativamente al éxito reproductivo de otras especies de sapos y ranas.
La elección de alimentos en las larvas varía según las condiciones del entorno. En contextos de baja competencia, prefieren una dieta que favorezca su desarrollo, mientras que en situaciones de alto riesgo de depredación, seleccionan alimentos que promuevan un crecimiento rápido para alcanzar la metamorfosis lo antes posible.

Reproducción
El Pelodytes punctatus tiene un ciclo reproductivo que abarca dos temporadas al año: una facultativa en otoño y una principal en invierno y primavera. Estas temporadas de reproducción están muy influenciadas por las condiciones climáticas, especialmente la cantidad de lluvia y la temperatura. Los machos no son filopátricos, lo que significa que no regresan a los mismos lugares de reproducción cada año, y se reproducen en diferentes puntos de agua dentro de su área de distribución.
Durante la temporada reproductiva, los machos emiten cantillos desde el agua para atraer a las hembras, un comportamiento típico de los anuros. El amplexo, el proceso de copulación, es inguinal, es decir, el macho se agarra a la hembra por la zona posterior del cuerpo. Las hembras depositan los huevos en cordones que pueden medir alrededor de 80 mm de largo y contener entre 40 y 700 huevos, dependiendo de las condiciones ambientales y de la hembra. La incubación de los huevos dura entre 8 y 9 días, tras los cuales las larvas emergen.
El desarrollo larval del Pelodytes punctatus puede ser relativamente largo, con las larvas completando su metamorfosis en un periodo que varía entre 2 y 4 meses, aunque en ciertas circunstancias, como la hibernación, este proceso puede extenderse hasta 8 meses. Esta flexibilidad en su desarrollo es esencial para sobrevivir en hábitats con condiciones variables.
Amenazas y Conservación
A pesar de su capacidad para adaptarse a diferentes tipos de hábitats, el Pelodytes punctatus enfrenta una serie de amenazas que ponen en riesgo su supervivencia en algunas áreas. Entre las principales amenazas se incluyen:
- Contaminación del agua: Provocada principalmente por actividades humanas, como la agricultura intensiva, que introduce productos químicos en los cuerpos de agua donde habita esta especie, afectando tanto a su salud como a la calidad de su hábitat.
- Pérdida de hábitats: Las charcas y otros hábitats acuáticos, esenciales para su reproducción, están siendo destruidos debido a la desecación y la colmatación de los cuerpos de agua, así como a la canalización de arroyos y la urbanización.
- Sequías prolongadas: Las sequías afectan la disponibilidad de agua en los hábitats naturales del Pelodytes punctatus, reduciendo sus oportunidades de reproducción y aumentando la mortalidad en las etapas más vulnerables de su ciclo de vida.
En las zonas costeras del Mediterráneo, especialmente en el sur de España, se ha registrado una pérdida significativa de poblaciones en las últimas décadas, principalmente debido al desarrollo urbano y la agricultura intensiva. Sin embargo, la especie sigue siendo relativamente común en algunas regiones, y se encuentra en áreas más protegidas donde la intervención humana es mínima.
En cuanto a su categoría de conservación, el Pelodytes punctatus está clasificado como de Preocupación Menor (LC) en la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, algunas poblaciones, especialmente las de Almería y Andalucía oriental, están muy aisladas y requieren una confirmación específica sobre su identificación, ya que podrían pertenecer al Pelodytes ibericus, lo que complica los esfuerzos de conservación. La preservación de puntos de agua artificiales antiguos, como estanques y piscinas en desuso, es fundamental para garantizar su supervivencia en muchas regiones donde el hábitat natural está en declive.

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