El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) es una de las aves acuáticas más imponentes y extendidas del mundo. Su capacidad para sumergirse con agilidad en busca de peces, junto con su silueta inconfundible secando las alas al sol, lo han convertido en una figura emblemática de lagos, ríos y costas. Esta especie, de carácter gregario y gran adaptabilidad, se encuentra en una amplia variedad de hábitats acuáticos, desde regiones costeras hasta embalses del interior.
Ficha técnica
Nombre Común | Cormorán Grande |
– Clase | Aves |
– Orden | Suliformes |
– Familia | Phalacrocoracidae |
– Género | Phalacrocorax |
– Especie | P. carbo |
– Tamaño | 70-102 cm |
– Envergadura | 121-160 cm |
– Peso | 1,5-5,3 kg |
– Longevidad | 20 años o más |
– Estado de conservación | Preocupación Menor (LC) |
Canto
Características Físicas
El cormorán grande es un ave de gran tamaño con un plumaje predominantemente negro. Dependiendo de la subespecie y la región, su peso varía entre 1,5 y 5 kg, mientras que su longitud corporal oscila entre 70 y 100 cm. Su envergadura alar puede alcanzar los 160 cm, lo que lo convierte en una de las especies más grandes de su familia, solo superado por el cormorán mancón (Phalacrocorax bougainvillii).
Su apariencia robusta se distingue por una cola larga, una garganta amarillenta y, en época de cría, por la presencia de manchas blancas en las caderas y la cabeza. A diferencia de su pariente el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), carece de cresta y presenta un plumaje completamente oscuro sin reflejos verdosos. Otra característica diferenciadora es la forma del pico: la mandíbula inferior del cormorán grande se extiende más allá del ojo, algo que no ocurre en el cormorán moñudo.
En Norteamérica, es fácilmente distinguible del cormorán orejudo (Phalacrocorax auritus), ya que este último tiene un color amarillo más intenso en la garganta y el pico, además de carecer de las manchas blancas características en los flancos durante la temporada de cría.
Una peculiaridad de esta especie es su plumaje poco impermeable, lo que lo obliga a extender las alas para secarse tras una inmersión. Su vuelo es firme y estable, con ocasionales planeos, y su silueta en el aire adopta una característica forma de aspa. Suele desplazarse en grupos, formando largas filas o pequeñas formaciones.
De hábitos gregarios, es común verlo en grandes concentraciones en dormideros y zonas de descanso. Anida en árboles, que pueden verse afectados por el peso de las aves y por la acumulación de excrementos, los cuales resultan corrosivos para la vegetación.

Hábitat y Distribución
El cormorán grande es una especie de amplia distribución global, presente en Norteamérica, Groenlandia, Europa, Asia Oriental, África, Australia y Nueva Zelanda. Dentro de Europa, se reconocen dos subespecies principales: P. c. carbo, que habita en costas de Noruega, Gran Bretaña y Francia, y P. c. sinensis, más frecuente en ambientes de agua dulce en países como Dinamarca, Alemania, Holanda y Polonia.
Distribución Geográfica en España
En España, esta especie se encuentra principalmente en zonas húmedas del interior, como embalses, ríos y lagunas, donde encuentra condiciones óptimas para la caza y el descanso. Sus principales áreas de invernada incluyen regiones como Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Navarra, La Rioja y el País Vasco.
Tipos de Hábitat
El cormorán grande se adapta tanto a entornos costeros como a cuerpos de agua continentales. Prefiere anidar en árboles vivos o secos cercanos al agua, aprovechando en algunos casos nidos abandonados de otras aves. Su presencia está estrechamente ligada a hábitats de alimentación con aguas de baja velocidad y profundidades de entre 3 y 4 metros, donde puede sumergirse con facilidad para capturar peces.
Alimentación
El cormorán grande es un ave piscívora que basa su dieta en una gran variedad de peces. En áreas donde las anguilas están presentes, estas pueden representar una parte importante de su alimentación. Caza nadando con el cuerpo apenas sobresaliendo del agua, inspeccionando constantemente la superficie en busca de presas.
Su estrategia de caza más común es la persecución bajo el agua, aprovechando su gran capacidad de buceo. Aunque puede alcanzar profundidades considerables, generalmente no se aleja demasiado de la costa o de aguas tranquilas con suficiente disponibilidad de peces. Las inmersiones suelen durar entre 20 y 30 segundos, tras lo cual emerge a la superficie para engullir a su presa.
En ocasiones, varios individuos cooperan en grupo para acorralar bancos de peces, mejorando sus posibilidades de captura. Esta estrategia coordinada es una muestra de su comportamiento social en determinadas situaciones de caza.

Reproducción
En España, la reproducción del cormorán grande ha sido documentada en varias regiones del interior, destacando Álava, Navarra, Madrid, Toledo, Ciudad Real y Badajoz. La mayoría de los registros corresponden a parejas aisladas, aunque en Ciudad Real se ha identificado una pequeña colonia de diez nidos. Durante la década de 1990, se observó un ligero aumento en los intentos de cría en zonas húmedas del interior, aunque no todas las parejas logran reproducirse con éxito cada año.
El cormorán grande suele anidar en acantilados costeros, aunque también construye sus nidos en árboles cercanos al agua. En estos casos, la acumulación de excrementos puede llegar a deteriorar la vegetación. El nido está formado por una estructura rudimentaria de ramas y algas, donde la hembra deposita tres o cuatro huevos.

Amenazas y Conservación
A pesar de su amplia distribución, el cormorán grande enfrenta diversas amenazas que pueden afectar sus poblaciones, especialmente en las zonas donde intenta reproducirse. Las principales amenazas incluyen:
- Caza furtiva, debido a su impacto en las poblaciones de peces y la percepción negativa entre algunos pescadores.
- Molestias en áreas de cría causadas por actividades recreativas como la pesca, el baño y el paso frecuente de embarcaciones.
- Pérdida de hábitat, derivada de la alteración de humedales y la tala de árboles utilizados para anidar.
- Contaminación del agua, que reduce la disponibilidad de peces y afecta la calidad del hábitat.
Para minimizar estas amenazas, se recomienda implementar medidas de vigilancia en las áreas de cría, especialmente entre abril y julio, cuando la especie se encuentra en pleno periodo de nidificación.

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Referencias
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